“Le voy a dar muchos votos a los demás compañeros, los abuelos me quieren mucho”. La frase pertenece a Eva Jorge, tercera candidata a concejal del Frente Justicialista para la Victoria en La Matanza. Vive en San Justo, es amiga del vice gobernador Alberto Balestrini y asegura que el hombre importante del Anses, “Juanchi Zabaleta es como un hijo”. Al intendente Espinoza le dice “Fernandito” y asegura que “fortaleció el municipio”. No quiere confirmar su edad porque “hay que mantener la elegancia como lo hizo Evita” y sueña: “si ella llegó, ¿por qué yo no?”.
Eva Jorge es estratega. “Muchos abuelos que me van a elegir a mi seguramente convenzan a su hijo y nieto que lo hagan”. El próximo domingo es una herramienta clave para que el Frente Justicialista para la Victoria de La Matanza sume votos que “antes quizás estaban perdidos”, asume con sinceridad. Es que Eva tiene bajo su órbita más de 200 centros de jubilados y asegura que “más de 150 mil abuelos pondrán la boleta k en la urna porque estoy yo”.
Tiene dos hijos, cuatro nietos y un bisnieto pero se siente “como una piba de 25 años porque estoy todo el día en la calle, yendo de un lugar a otro consiguiendo cosas para los abuelos”, se da aliento y cuenta que no conoce el cansancio.
Trabajó ad honorem para el Pami y Anses, era la conexión entre los abuelos y esos organismos. “Sólo me daban para el viático pero igual me movía para todos lados”, recuerda Eva. Desde allí comenzó a crear su propia estructura y el reconocimiento de sus pares. “Cuando Alberto (Balestrini) asume como intendente en 1999 crea la subsecretaria de la Tercera Edad y yo soy elegida por el 72 por ciento de los abuelos, en ese mismo momento dejé a gente de confianza trabajando en mi lugar”. Hace 10 años es funcionaria municipal y ahora debutará como candidata a concejal. “La palabra funcionario es hacer para los demás y no ellos para uno. Hay que cumplir con las necesidades que reclaman”, dice con firmeza Eva Jorge.
Eva Jorge junto a Balestrini y Juanchi Zabaleta. |
Es rápida y atenta. Vive la política desde hace muchos años y lo explica: “Cuando era chica fui siempre muy movediza, inquieta. Le leía todos los diarios a mi padre porque estaba muy enfermo y ya me comenzaban a asombrar los discursos del General Juan Domingo Perón”. Eva era una mujer de la época. Las costumbres decían que los hombres trabajan y las mujeres en la casa. Pero todo cambió cuando su esposo fallece. “Un médico me dijo que era hora que me ocupe de mí y ahí comenzó esta carrera política. Mi primera experiencia fue cuando me eligieron de presidenta en un centro de jubilados de San Justo”.