¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

La estrategia exitosa de Manes, el radical estrella de las PASO

El radicalismo ya se siente nuevamente en la cancha que más le gusta. La de ser protagonista pero sin abandonar su impronta interna, donde las tensiones y las representaciones siempre están bajo la mirada del centrismo propio de los correligionarios. La llegada de Facundo Manes a la política bonaerense fue algo estudiado hace tiempo y confirmado recién a fines de abril, cuando Horacio Rodríguez Larreta puso en crisis a todo el espacio con su estrategia de Lado a Lado, con el enroque de María Eugenia Vidal por Diego Santilli.
Jueves, 23 de septiembre de 2021 a las 11:05
Por Alejandro Cancelare

Hasta fines del año pasado, cuando se hablaba de la interna radical, postergada por la Pandemia para marzo de 2021, sólo había aproximaciones sobre qué iba a hacer el oficialismo partidario, a cargo de Daniel Salvador y sucedido por Maxi Abad.

Ambos eran atacados por Gustavo Posse de haber sido una dupla que sólo era "funcional al PRO". Tras perder, el que se alió con los amarillos fue él y llevó en su distrito como candidato a Santilli.

Hasta antes de las elecciones PASO, el radicalismo era un enano de jardín al que el PRO lo ponía en condiciones una vez cada dos años, lo pintaba un poco, y lo mostraba. Eso dejó de ser así. Y buena culpa de que sucediera eso fue la decisión unipersonal de Rodríguez Larreta por imponer sus condiciones "de lado a lado" de la General Paz.

Facundo Manes puso el cuerpo en la interna y su hermano, Gastón, fue el candidato que ayudó a Abad a ganarle a Posse. Desde ahí, todo fue natural, a pesar que muchos insinuaban y analizaban que no iba a ser candidato a nada. Pero ante la tozudez del PRO, casi no le dieron otra salida a sus socios que presentar un candidato de ese nivel.

Primero pretendían que Manes terminara siendo el primer candidato a diputado nacional, o el segundo detrás de Vidal, que se asustó de su paso bonaerense. Nada de eso fue aceptado por el jefe de gobierno porteño, que quiso competir para imponer nuevas condiciones dentro de Juntos por el Cambio.

Al tener que ir a la PASO, el radicalismo se realineó y todos los viejos enfrentamientos desaparecieron por un momento. Martín Lousteau, aliado de Posse en la interna, se desprendió del sanisidrense, que quedó sólo con el PRO. Además al neurocientífico se le sumaron los gobernadores Gerardo Zamora, Gustavo Valdéz y el presidente del partido, Alfredo Cornejo. Todo para que recuperara la pasión radical, dormida y acomplejada.

En el medio volaron por los aires los intentos de unidad propuestos por los presidentes de los diferentes partidos en la Provincia de Buenos Aires que componen Juntos. Ni Jorge Macri ni Maricel Etchecoin pudieron convencer a sus aliados de la conveniencia de una única lista.

Tras una campaña irregular, donde le costó mucho no quedar como más amigo del kirchnerismo que del PRO, Manes logró encolumnar a todos los radicales bonaerenses detrás de él, que también quedaron enojados porque en su lista hubo "extrapartidarios" que los postergaron en los primeros lugares, como Emilio Monzó, Joaquín De la Torre o Margarita Stolbizer.

Al final del domingo 12 de septiembre, el candidato radical se transformó en el líder de la tercera vía al conseguir más votos que Sergio Massa en 2017 en la Provincia de Buenos Aires, con el 15% de los votos de las PASO.

Distribuido por colores, el rosa elegido por los armadores de Dar el Paso se desplegó por casi toda la Provincia de Buenos Aires y los candidatos radicales le ganaron a los del PRO en la Cuarta, Quinta, Sexta y Séptima sección Electoral. Perdieron, como era previsible, en las más pobladas del Conurbano, la Primera y la tercera, y en la Octava, el distrito único de La Plata.

Y en la Segunda, donde también se impuso el PRO, lo hizo por una escasa diferencia.

Manes ya piensa que puede ir por más y, como siempre lo expuso, equivocadamente, pretende ser candidato a presidente antes que cualquier otra cosa. Pero suma más musculatura a una discusión con sus socios que saben que no pueden dejarse estar como hasta ahora ya que Lousteau, sin pelear, ya es jefe de gobierno porteño salvo nuevo aviso y Gerardo Morales lo seguirá asustando desde el interior a Rodríguez Larreta.