Sin mediar palabra la Policía Federal y de la Ciudad reprimieron a Pablo Piovano, fotógrafo del diario Página 12.
A pesar de tener la cámara de trabajo encima, el periodista recibió 10 balazos de goma, a pesar de sus evidentes heridas, no quiso dejar el lugar de trabajo y seguir cubriendo los violentos hechos.