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De barones, huidos y arrepentidos

Miércoles, 23 de septiembre de 2015 a las 11:00
Por Alejandro Cancelare

Hoy: Oeste


A casi un mes de las elecciones generales del 25 de octubre, en la zona noroeste del conurbano bonaerense está plagado de interrogantes y certezas sobre qué pasará en las distintas intendencias.

Entre las certezas se encuentran la finalización de las conducciones distritales de dos clásicos del oeste: Mariano West, en Moreno, y Raúl Othacehe, en Merlo. Dueños de distintas formas de relacionarse con el esquema político local, aparentemente más progresista West y el más polémico Othacehe, los dos han dejado a sus municipios como piezas arqueológicas del subdesarrollo urbano, con zonas atrasadas indefinidamente y pocos logros para mostrar.

Gustavo Menéndez, luego del destrato sufrido por parte de Sergio Massa, recibió el apoyo de Daniel Scioli y le ganó al “vasco” mientras que Walter Festa, con el apoyo pleno de La Cámpora, se impuso sobre West.

Las seguridades “positivas”, en tanto, las tienen los intendentes Jorge Macri, de Vicente López, Gustavo Posse, de San Isidro y Alberto Descalzo, de Ituzaingó. Con particularidades, cada uno en lo suyo ha sabido revalidar títulos y honores a pesar que en algún momento los dos últimos estuvieron en el ojo de la tormenta ante lo ajustado de sus performances producto de la fluctuación política sufrida. Mientras que a Descalzo la primera etapa de Martín Sabbatella casi lo saca de la administración, a Posse las legislativas lo tuvieron a maltraer por sus fluctuaciones constantes.

Extrañamente, al líder de San Isidro nunca lo consideraron un “Barón”, a pesar que hace dieciséis años heredó electoralmente el poder de su padre y arquitecto político supremo de la región, Melchor.

De todos los “barones” que en la región pusieron su figura en juego, el único que salió airoso fue Hugo Curto, en Tres de Febrero, quien a pesar de tener veinticuatro de mandato, le ganó a dos candidatos jóvenes y con fuerzas políticas que lo empujaban, como Martín Jofré, del massismo, y Diego Valenzuela, del PRO.

Para octubre, a Curto le queda un desafío no menor: mejorar su performance, ya que en las primerias fue estrecha la diferencia alcanzada sobre Valenzuela. Para lograrlo, deberá convencer a los camporistas que jugaron su propia interna que no tienen otra alternativa distrital que acompañarlo y conseguir que el conjunto de su lista de concejales, donde está incluido el ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia, colaboren con presencias y propuestas.