Después de la noche de furia

El "capo" de La Salada a solas con 24CON

Jorge Castillo dio su versión de los incidentes que terminaron con dos heridos el pasado martes. Dicen que es "amo y señor" de Punta Mogotes, pero él solo confiesa "tener un puestito". Poder, droga y control en la feria más cuestionada de la Argentina

Por Cecilia Di Lodovico

Cubiertas ardiendo, palos, gomeras, armas blancas y de fuego en un paisaje casi desolado. Casi porque, alrededor de las pequeñas fogatas- que iluminaban el asfalto de la calle Tilcara- confluían grupos de personas que bramaban por sus puestos de trabajo. Debajo de ellos y en el medio de la calzada, una línea divisoria de color amarilla marcada por el capo de La Salada. “De este lado de la línea, podíamos trabajar, pero ahora a Castillo se le ocurrió sacarnos a todos”, gritaban unos, mientras otros señalaban una flamante construcción que se extralimitaba de los bordes de la vereda. “Es que Castillo hace lo que quiere. Es el dueño de todo esto”. “Arriba tiene miles de puestos que quiere colocar y por eso nos está echando a tiros”, explicaban los carreros (aquellos hombres que se dedican a transportar la mercadería desde los automóviles hasta los puestos).
 
En medio de tal confusión, frente a la entrada del imperio de Jorge Castillo (la Feria Punta Mogotes S.A.), oficiales de Infantería sostenían sus largos y anchos escudos contra el piso. Frente a ellos, una muchedumbre enfurecida levantaba palos, mostraba heridas y reclamaba poder trabajar. Todos ellos inmersos en la profunda oscuridad de una verdadera ciudad abandonada, desactivada por el caos porque hay que decirlo: La Salada es un mundo ajeno a todo lo demás, que no entiende de regulaciones ni de leyes, sino que se vale por sus propias normas de convivencia, un tanto tiranas y de códigos bastante mafiosos. Un mundo iluminado por las mínimas luces de cada puesto de la Ribera del Riachuelo. Alimentado por talleres clandestinos, maniobras ilegales y verdaderas luchas de poder, que no persiguen otra fin que el hacerse con un mayor botín.

Esa noche, la del martes, las parrillas repletas de chorizos que chorrean grasa no asistieron a la cita, tampoco la ropa deportiva ni la lencería erótica. En cambio, en los techos de edificios a medio construir, algunos uniformados observaban los movimientos de los manifestantes desde la altura, en posición de alerta. En tanto, motos y micros de la Bonaerense ingresaban con más refuerzos al lugar. Y pese a que lo peor había pasado, el clima de guerra permanecía: los restos de los cascotes, bolas de mármol y de acero arrojadas por uno y otro bando, yacían sobre el piso como prueba de la salvaje batalla desatada. “Acá no hay buenos, son todos malos”, puntualizó a 24CON una alta fuente policial. Momentos antes, la Policía debió separar “a itacazos”, que explotaron en el cielo, a dos grupos dispuestos a todo. Hasta a matar. ¿Con qué fin? “No ceder ni un centímetro”, escalofriante frase emitida por el administrador de la feria Punta Mogotes, Jorge Castillo, un hombre que en sus inicios fue feriante y se convirtió en el dirigente más poderoso de La Salada.

24CON -¿Qué pasó esta noche en la Salada?
Jorge Castillo –Este es el sistema de la ocupación de los terrenos y las casas, pero acá no quieren ocupar nada, quieren que le den puestos, entonces, te usurpan. Y no se puede permitir eso. Los otros (NdR: Cooperativa Ocean, una de las tres ferias “legales” de La Salada) negociaron y les dieron toda una tira dentro del predio. Y no es así, si los dejas hoy se meten adentro y mañana están acá adentro y, pasado, se van a querer meter en el comedor de mi casa. Ellos no dicen la verdad de las cosas. Si yo no estoy haciendo nada. Dicen que yo me quiero quedar con todo. No es así, es la vereda de Punta Mogotes. No hay ni un puesto de Punta Mogotes en la vereda, los hemos sacado todos. ¿Por qué? Porque todos quieren venir y tener puestos y esa es la pelea. Y hay gente que no tiene que ver con nada. Son todas mentiras, ese que habla vende drogas.
Quique Altejera es la mano derecha de Nelly Sarabia, dueña del Cupiña es el que me está mandando la gente a protestar. Quisieron quemar las gomas en frente del portón y los saqué corriendo. Yo no los voy a dejar que anden en la calle, si ellos quieren que hagan la historia en su propia casa, que pongan sus puestitos que crezcan como hicimos nosotros, que se junten todos los que están ahí. Les dan droga a los pibes para incitar todo esto.

24CON –Se dice que todo esto está armado para bajarlo. ¿Qué de cierto tiene esta versión?
JC: -No, mentira. Esto es un manejo porque quieren puestos. Vos imáginate que un frentista (NdR: una persona que tiene en su poder una determinada cantidad de puestos para alquilar) tiene 8 metros por 16, hagamos de cuenta que puede meter 32 puestitos, que se alquilan a 100 mangos, son 3200 pesos por feria. Son más de 25 lucas por mes que se va a llevar el frentista. Y estos quieren llevársela por la ley de la fuerza y no es así. Porque yo soy dueño de mi frente. La vereda la hago yo, yo asfalto las calles, yo hago el bacheo, yo doy remedios, tengo una sala de primeros auxilios…Cuando digo “yo”, quiero decir Punta Mogotes. No es justo que venga un grupo de drogones a presionarme a mí para que les de algo que no les corresponde. Porque la vía pública no es de nadie.

24CON- Entonces, ¿por qué pintó esa línea amarilla en la calle?
JC: ¡Y porque se me estaban metiendo adentro! Y yo agarré y les dije: “De la línea para acá no quiero a nadie porque no corresponde”. Yo no me metí en la línea de nadie ni en el territorio de nadie. Yo lo único que digo es que en la vereda de Punta Mogotes no armen. Y, sino, que venga la municipalidad y que diga que es lo que hay que hacer. Y ya está, se acabo. Pero no me vengás a decir: “Dame sino no te dejo trabajar”. Bueno, yo no te doy y no me dejes trabajar y veremos…

24CON -¿Quiénes quieren puestos?
JC: -Atrás de todo esto esta la administración del Cupiña, que es la feria que está al lado. Y hay dos que trabajaban acá en los puestos, que son los hermanos Maidana. Lo que yo digo, lo demuestro: traigo un feriante para que diga cómo los apretaban para que les paguen 3 lucas para mantener el puesto, sino lo hacían, los amenazaban de que les iban a robar todo y que les iban a ir a robar a su casa. Yo les corté los víveres, no los eché porque los conozco de chicos, pero les saqué todas las responsabilidades y todos los manejos y, bueno, son ellos los que están operando. En este momento, tengo gente que infiltrada está grabando todo lo que están diciendo. Y lo voy a demostrar, lo van a ver en los medios, que son ellos los que están poniendo droga para que los pibitos estén haciendo todo este lío. Y no son chicos de acá porque, habrá 10 carreros nada más.

24CON –¿Salió gente de la feria a reprimir a los manifestantes?
JC: Y, nosotros somos Punta Mogotes, estamos dentro de Punta Mogotes. Ellos están en la calle, entonces, ¿cómo vamos a agredir en la calle? Ellos quisieron hacer lo que hicieron el domingo: vinieron y nos cortaron las entradas. Y, el domingo, no estábamos preparados, había muchas mujeres. No estaba preparado con la seguridad porque no nos hace falta, acá nos cuidamos de los punguistas, de los mecheros y, en eso, las mujeres son más hábiles que los hombres. Entonces, había 70 de seguridad y 50 mujeres, ¿cómo iba a poner a la gente a que arme la feria? No había resistencia. Hoy cambié y puse todos hombres y, cuando quisieron entrar, ¡se armó una bataola acá!
Yo no voy a exponer a mis feriantes a que los saqueen. Prefiero que no abramos la feria que perder la mercadería. Entonces, el que dirige tiene que decidir qué es lo menos doloroso. El domingo, lo menos doloroso era replegarnos porque soldado que escapa sirve para otra guerra. Entonces, esperamos a esta feria y hoy no me van a entrar. Quisieron entrar y los saqué matando, no yo, sino la seguridad. Lo que sí, sé que están armados, hay uno que muestra ametralladora, fierros. Los míos no están armados.

24CON -¿Qué hizo la Policía?
JC -Los sacó a gomazos y nos dividió: los mandó a ellos para la otra cuadra y nosotros nos quedamos acá adentro. Nosotros los mantuvimos a raya.

24CON -¿Cómo los “mantuvieron a raya”?
A las piñas, con gomeras, a piedrazas y a palazos. Así los corrimos. Son todos pendejos de 15 y 16 años. Son todos “guachos”, enseguida les dan droga.

24CON: -¿Cuánta gente trabaja para usted?
JC: No, para mí no. Para La Salada. Acá hay un problema que todos quieren laburar y no tenemos gobierno acá. Esto es un descontrol total, acá prevalece la ley de la selva, del más fuerte. Ellos vienen y nos dicen: “Si vos no nos das puestos, no trabajas”. Y les dio resultado, porque el domingo no pudimos abrir. Nosotros trabajamos dos veces en la semana nada más: domingo y miércoles. Este domingo no nos dejaron trabajar y hoy va a ser muy difícil porque la gente tiene miedo.

24CON –Pero, exactamente, ¿cuántos empleados tiene Punta Mogotes?
JC -Hay 4 mil puestos, Punta Mogotes es la feria más grande. También, hay 70 personas de mantenimiento, todos en blanco. Además, hay más de 100 empleados de seguridad. Todos con una empresa habilitada.

24CON -¿Cuántas personas trabajan en toda La Salada, incluidos los puesteros de la Ribera?
JC -Alrededor de 25 y 30 mil personas.

24CON- ¿Cuánto dinero mueve La Salada?
JC: -El 99 por ciento del mercado textil se maneja en La Salada. Dicen que no, que es el 80 o el 60, pero es muy fácil, acá no podés controlarlo porque vino un puesto que armó, laburó dos horas y se fue, viene otro, lo alquila a ese que se fue, y en 15 minutos vendió todo y se fue. Se hace imposible de controlar. Entonces, ¿qué se yo cuánto ganan todos esos?

24CON –¿Eso pasa en Punta Mogotes o en la Ribera?
JC: -Acá, afuera es todo trucho. Todo falsificado. Acá adentro están entendiendo que no conviene falsificar marca porque la gente viene a buscar el mango. ¿Por qué vas a pagar un 75 por ciento más por la misma calidad? Nosotros, los que compramos marca, estamos pagando la propaganda a Messi. Porque la comunidad europea nos critica a nosotros, pero no dicen que Adidas, Fila, Louis Vuitton, explotan a la gente. ¿Por qué no dicen que en Centro América trabajan 16 horas chiquitos de 7 años por 1 dólar y medio? Después hacen una prenda y la venden acá a 400 dólares. ¿Por qué no denuncian esas cosas? Porque son socios, nosotros los morochitos no somos funcionales, nosotros laburamos, terminamos de confeccionar y le vendemos a la gente, por eso hay tanta diferencia.

24CON- ¿Se terminó la era de los carreros?
JC: -No, para nada, eso es otro error. Nosotros estamos haciendo baúles de vidrio en un altillo. No tiene nada que ver porque ¿cómo llega la mercadería hasta ahí? Acá hay un espacio de poder que están peleando ellos.

24CON: -¿Cómo está usted con todo esto?
JC: -Estoy mal. Esa gente no puede laburar y te da bronca. No laburar duele, pero a la gente (a los puesteros de Punta Mogotes) les duele mucho más.

24CON -¿Qué tiene que ver en esta situación la traza de la autopista?
JC- Y tiene gran parte que ver, ¿dónde va a ir a trabajar toda la gente que tiene los puestos en la Rivera? Se armó un revuelo…Todos quieren espacios de poder y ¿quién va a absorber a toda esa gente? Se van a quedar sin trabajo.

24CON -¿Estalló La Salada?
JC: -Sí, sí, estalló. Mirá que lo más fuerte soy yo. El domingo me ganaron, hoy, empaté. Y voy a armar y vamos a trabajar y más tarde vamos a ser 4 mil acá adentro.

24CON -¿No tiene miedo de que haya heridos o muertos?
JC: Sí. Y eso me pone mal. Ellos muestran armas. Nadie va a querer tirar, yo no creo que lleguen hasta esa locura, pero la droga te hace hacer cualquier cosa. Esto está todo mal y si acá nadie pone lo que hace falta…si vos no ponés huevos, acá no hay tortilla. Esto puede explotar para cualquier lado porque no hay políticas que digan: “Si vos usurpás, te saco los palos”. De las tres ferias soy el más jodido, a mí no me arruga nada. Yo defiendo lo que a mí me pagan, yo no jodo a nadie. Me da una bronca, porque no sabés lo que yo ayudo a esa gente: ¡les doy 70 remedios por día! Yo soy un pelotudo, pero que no se vengan a meter acá porque si quieren guerra, van a tener guerra.

El “administrador”
“Yo tengo 52 años y vivo acá hace 40. Punta Mogotes tiene 10 años. Yo no la inventé nada, la comunidad boliviana lo hizo hace 15 años. En ese entonces, esto era una feria y yo era un feriante. Un día Manolo, el dueño de la feria me dijo: “Castillito, te vendo la pileta”. Y yo le pregunté: ¿De dónde voy a sacar tres millones y medio de dólares? Él me contestó: “hace como hacen los bolivianos”. Y ahí se me prendió la lamparita. “Yo le voy a hacer la campaña”, le dije. Al jueves siguiente hice volantes, los fotocopié, los corté y los repartí en Once. La promoción era que, por orden de pago, se les iba a entregar los puestos. Vendí un montón ese día. Los anoté a todos en un cuaderno”.


De a poco, pero con paciencia envidiable, Castillo se hizo del cargo de administrador de la feria más grande y lucrativa de La Salada. Dicen que Punta Mogotes es de su propiedad, pero el lo niega. “Acá yo sólo ocupo un puesto”. En la actualidad, maneja el negocio por “handy” y sueña con volver a fabricar zapatos: “Me encanta, es mi oficio, lo aprendí de chico. Aunque tengo una empresa, me gustaría volver a fabricarlos yo mismo”.

 

Entrevista: José Luis Gallego y Cecilia Di Lodovico

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