Así lo informó el secretario de la Justicia de Faltas, Guillermo Chaves, quien además explicó que la retención de licencias se viene realizando con otras dos infracciones: la superación de los niveles de alcoholemia, y el incumplimiento de la Verificación Técnica Vehicular (VTV). "La ley nos habilita a hacerlo en esos casos, y también en la violación de los semáforos", agregó.
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La sanción, no obstante, no impedirá que los automovilistas sigan conduciendo, pues se entregará un certificado con una validez de 30 días. Si en ese tiempo el infractor no concurre a regularizar la situación abonando la multa, perderá definitivamente la licencia. Si existe reincidencia, el tiempo de retención y los montos de la pena irán aumentando hasta la baja definitiva.
La decisión de avanzar en el mismo sentido que empezó a transitar el gobierno porteño este mes respecto a quienes violan la luz roja de los semáforos, fue tomada hace algunos meses, pero cuestiones de operatividad demandaron más tiempo. "Hay elementos que hacen que en este tipo de infracciones se cometan errores o injusticia", dijo el funcionario, por lo que en los cursos "bajamos línea respecto a cuándo procede y cuándo no procede retirar la licencia".
También marcó la diferencia con las infracciones que se desprenden de los controles de alcoholemia y de VTV. "En esos casos hay pruebas irrefutables de que se violó la normativa", dijo Chaves: se superan los niveles permitidos de ingestión de alcohol, y eso queda registrado en el alcoholímetro; o no se puede acreditar la realización de la verificación. "Ambas son infracciones graves porque representan un peligro para el resto de los transeúntes", explicó Chaves.
La misma gravedad reviste pasar una bocacalle cuando en el semáforo brilla el rojo. Sin embargo, los elementos de prueba pueden no ser tan contundentes y prestarse a interpretaciones o a errores. Reducir ese margen es el objetivo de los cursos.
Chaves mencionó entonces que existen atenuantes en esta infracción que impiden tomar una "medida drástica" como lo es el retiro de la licencia. Mencionó dos ejemplos: cuando un vehículo queda a mitad de una bocacalle porque una cuadra más adelante el semáforo corto el tránsito, y cuando el pasaje comenzó en luz amarilla y el rojo se puso al estar transitándolo. "Son circunstancias en los que quitar la licencia puede ser injusto". En el último ejemplo, entonces, sí puede labrarse la infracción pero no se quitará la licencia. "Será el juez de faltas el que finalmente determine si corresponde o no cobrar la multa, pero no se habrá cometido ningún error con la licencia".
Como se dijo, para que esto funcione, es necesario que los agentes estén entrenados. Las charlas y cursos de capacitación se están dando con la coordinación de la secretaría del Juzgado de Faltas y el área de Transporte municipal.
En esa instancia también se está profundizando el trabajo para que los agentes labren correctamente las actas y eviten así posibles nulidades.
La decisión de avanzar con el retiro se enmarca en un endurecimiento "paulatino de las penas" encarado por el Municipio para aquellos que incumplen con las normas de tránsito.
La Comuna informó ayer las estadísticas de infracciones de julio y agosto, en las que la violación de la luz roja aparece en segundo lugar con 1.731 casos.