El 31 de enero, y tras varios días de estabilidad, la moneda norteamericana se colocó en los $ 3,86, luego de tocar los $ 3,87.
Es que tras un primer semestre de 2009 en el que la actividad no dejó de mostrar signos negativos en cuanto a la cantidad de operaciones concretadas, al punto de caer más del 30% en comparación con igual lapso de 2008, el último trimestre dio a los agentes inmobilarios esperanzas de cara a este año.
Incluso, en diciembre último –según datos del Registro de la Propiedad Inmueble de la Ciudad de Buenos Aires– se anotó el primer avance, del 6 por ciento.
“La presunción del sector siempre fue que se continuaría con el impulso mostrado en la última parte de 2009. Pero nada hacía suponer que estallaría una situación como la del Banco Central. Esto, sin dudas, frenó un poco el impulso; la plaza se alteró un poco”, sostuvo ante El Cronista Néstor Walenten, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina.
El especialista, pese a este panorama, explicó que se dieron dos posturas. “Por un lado están aquellos que prefieren replegarse y ver cómo sigue todo. Pero también están los que entienden que los ladrillos son un buen refugio para momentos como este”, manifestó.
Ricardo Vinelli, de Vinelli Propiedades, es otro de los que observa un ritmo más lento que el esperado.
“Enero fue siempre un mes quieto, aunque este lo es en particular; y no es lo que se preveía. Esta situación se nota tanto en viviendas como en locales comerciales”, comentó el operador inmobiliario.
Diego Cazes, vicepresidente de LJ Ramos, va más allá, y no limita el parate de la actividad al conflicto por el fondo del Bicentenario.
“El mercado se enfrió mucho, y esto no es de ahora. Es cierto que hubo movimientos hacia arriba en cuanto al actividad, aunque tampoco fue algo explosivo. El tema del Banco Central no hace más que agravar esa situación. Más allá del aspecto político, está claro que para el segmento inmobiliario hubiera sido mejor que no existiera ya que agrega incertidumbre”, dijo Cazes a El Cronista.
Norberto Lépore, titular de la inmobiliaria que lleva su apellido, dice que “por el momento” no ve un freno en cuanto a las presunciones que se tenían para el comienzo de 2010, aunque no por eso se desentiende del tema. “El mercado inmobiliario es de reacciones lentas, por lo que habría que esperar para ver cuál es el efecto final que el conflicto tiene sobre la actividad”, argumentó Lépore.
Pese al panorama, los especialistas coinciden en que 2010 –es cierto que tomando un piso muy bajo– se mostrará por encima de 2009.
FUENTE: elcronista.com