Quiere irse del Conurbano porque le robaron 10 veces

Diego tiene apenas 29 años, pero en este corto período de vida ya sufrió 10 robos, de los cuales cuatro fueron violentos, cargados de golpes y con pérdidas cuantiosas. Lejos de acostumbrarse se cansó y se quiere ir.

Para Diego Frebo el robo que sufrió el sábado a la madrugada en su casa de Ituzaingó no fue el primero, pero si el más violentos por lo que puede llegar a cambiarle la vida. “Me pospuso el sueño de la casa propia y quizás me obligue a irme a vivir al exterior”, explicó la víctima a un diario zonal. Pablo está golpeado y muestra hematomas por todo el cuerpo. Los ladrones no pararon de atacarlo, a pesar de que les dio todo lo que tenía.

Frebo sufrió una entradera cuando llegaba a su casa con su novia de 23 años a bordo de un Citroën C4. Cuando entraban al porche, tres hombres (uno de ellos menor) bajaron de un WV Fox, se les metieron adentro y los amenazaron.

Los tres estaban armados y vestían una remera azul igual a la que usa la Policía Bonaerense. De ahí en más el joven recibió golpes, patadas y culatazos y terminó atado con cinturones y encerrado en la habitación junto con su novia.

El joven comerciante le entregó a los ladrones todos sus ahorros de años en pesos y dólares y con los que pretendía comprarse una casa. Además de notebooks, un arma 9 mm que tenía en su casa porque Frebo practica tiro y otros objetos de valor. “Lo único que le pedía era que no le hagan nada a mi mujer. Pero igual me pegaban. El más chico me daba para quebrarme la columna y eso que estaban satisfechos con lo que se llevaban”, según publicó el zonal de Clarín.

Después de casi media hora, los ladrones se fueron y se llevaron el auto de la víctima. La pareja se quedó encerrada y empezó a pedir ayuda a los vecinos a gritos. Alguien llamó al 911 pero la Policía tardó casi 35 minutos en llegar. El dueño de casa pudo salir tras romper con la cabeza la puerta.

Luego de un alerta de la compañía de seguros, el auto fue ubicado en Moreno. Lo insólito fue que mientras Frebo esperaba la grúa en el lugar, los ladrones volvieron a aparecer.

Al verlos, los agentes los persiguieron un par de cuadras pero no los alcanzaron. “Más que impotencia siento tristeza por todo esto. No hubo cerrojo, ni alertas, ni peritajes. Así esta gente sigue libre y yo decidiendo cómo va a seguir mi vida. Es increíble”, sentenció Frebo.


8 de enero de 2012

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