Por supuesto que la religión no sólo es propiedad de los fanáticos, nada de eso. Las creencias se relacionan con cada personalidad, la identifican y la forman. Empezó el Ramadán, que es el noveno mes en el calendario árabe. Durante este período, los musulmanes no pueden ni comer ni beber entre el alba y el crepúsculo (durante el día) y sólo pueden hacerlo de noche.
Por ese motivo, tres jugadores de Barcelona ya hablaron con los doctores del club y le comunicaron que, según lo dicta su religión, deberán alterar sus dietas. Ellos son Seydou Keita, Eric Abidal y Yaya Touré, quienes cambiarán el orden alimenticio con consentimiento de los médicos.
Los nutricionistas del club catalán opinan que el hecho de que adelanten la comida a primera hora de la mañana, cuando aún no ha salido el sol, o la atrasen hasta que sea de noche, no influirá en su rendimiento físico.
Comienza el mes de Ramadán, que se extiende hasta el 1 de octubre y el ayuno es obligatorio a todo musulmán adulto, sano y con juicio, bien sea hombre o mujer.
La religión y su incidencia, pintoresca, en la vida del fútbol. Bueno, en la vida misma. Las miles de creencias que viven en el mundo no dejan de asombrar (si vale la palabra) a los ajenos a ellas. A veces con el color de la pelota en el medio.