En Brasil temen por un atentado contra Francisco

El gobierno brasileño expresó su preocupación ante la advertencia de un posible "magnicidio".

 

La preocupación creció ayer aún más tras el pedido del Papa de evitar un gran despliegue militar en torno a su visita –que durará desde el lunes próximo al domingo siguiente- y la confirmación del Vaticano de que Francisco no utilizará vehículos blindados durante sus traslados previstos por Río.

La posibilidad de que surja una nueva ola de protestas callejeras, como la que sacudió al país el mes pasado, fue admitida por la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) en un informe divulgado anteayer sobre los riesgos de problemas de seguridad durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que encabezará el Papa.

El organismo le adjudicó el nivel de "alerta roja" (el riesgo máximo) a la posibilidad de este tipo de protestas por parte de "grupos de presión", que son los que promovieron en junio las gigantescas manifestaciones contra la corrupción y en demanda de mejores servicios públicos.

"Todo esto es muy preocupante", declaró el alcalde carioca, Eduardo Paes, tras ser informado de la negativa papal a contar con seguridad reforzada y del informe de la ABIN.

El secretario general de la presidencia, Gilberto Carvalho, por su parte, aseguró ayer estar "tomando todos los cuidados de logística y seguridad".

En tanto, aunque el Vaticano lo desmintió, el diario Folha de S. Paulo reveló que la ABIN y el ejército estarían evaluando la posibilidad de alterar el plan de actividades del Papa el próximo lunes, cuando está previsto un encuentro con Rousseff en la sede de la gobernación de Río.

De acuerdo con el diario, para evitar que haya tumultos en la primera actividad pública de Francisco, existe la posibilidad de que los discursos que iban a ser pronunciados allí se realicen en la base aérea, donde hay más protección. "Se están evaluando la suspensión de algunas citas y un cambio de lugar, que sería informado a último momento", aseguró Folha.

En respuesta a las revelaciones del diario, el Vaticano indicó ayer que "pese a eventuales protestas, la agenda del Papa no será modificada".

"Vamos a Brasil muy tranquilos, seguros de que las autoridades tienen la capacidad de administrar la situación", dijo el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, durante la conferencia de prensa para ilustrar el programa del primer viaje al exterior del primer pontífice latinoamericano para asistir a la JMJ.

"El Vaticano tiene gran confianza en las autoridades que deben tomar las medidas necesarias. En este momento no pensamos que se presentarán inconvenientes para las JMJ", añadió.

Lombardi confirmó, asimismo, que Francisco decidió no utilizar el papamóvil blindado que empleaban sus predecesores durante su permanencia en Brasil, ya que desea tener un contacto directo con los fieles. Lombardi precisó que Francisco utilizará, en cambio, el todoterreno blanco descubierto con el que recorre la plaza de San Pedro durante las audiencias de los miércoles.

Según Folha, además, el Papa "ordenó la reducción del esquema de seguridad en su viaje, contrariando la planificación de la policía". Concretamente, añade el diario, "solicitó que se reduzca el cerco de seguridad en sus caravanas por las calles de Río y evitar que haya policías armados con fusiles", para poder tener mayor proximidad con los fieles.

Ante esta decisión, el teólogo Leonardo Boff admitió ayer su "preocupación" por un eventual atentado contra el Papa. "El riesgo de magnicidio contra Francisco existe", dijo. En igual sentido se expresó el secretario general de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, Leonardo Ulrich Steiner, según el cual "siempre existe la posibilidad de que ocurra algo no deseado".

 

 

18 de julio de 2013

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