Kelly Nielf es una chica de 24 años que vive en Ellesmere Port (Inglaterra). Como cada día fue a trabajar a la factoría de la textil Mainetti sin imaginar que su vida pendería de un hilo.
En un descuido su bufanda se atascó en una de las máquinas industriales. Intentó soltarse y se le rompió un dedo y, tras ello, sus largos cabellos se engancharon en una de las cintas transportadoras, según publica el diario The Sun.
“Estaba tosiendo sangre y podía ver mi dedo colgando. Grité pero había mucho ruido en la fábrica", aseguró Kelly. Afortunadamente, un compañero la vio, apagó la máquina y la llevó al hospital, donde permaneció durante tres meses.
El accidente de Kelly quedó en un susto, pero la fábrica no había avisado a sus trabajadores del peligro que supone trabajar allí con bufandas o el pelo suelto, por lo que la afectada fue compensada con 80.000 libras y en las fábrica Mainetti ya han tomado medidas para prevenir futuros accidentes.