Lo metieron dos meses en una caja por robar pollos

Su padre también le prohibía usar el celular por "motivos religiosos".

Las autoridades de Bolivia quedaron indignadas al conocer el caso de Johan Knelsen, un canadiense de 21 años perteneciente a la colonia menonita Belice, cerca de Santa Cruz, quien pasó dos meses encerrado en una caja de madera.

El joven fue encerrado en el arcón por su propio padre, David Knelsen, quien lo habría hecho para castigar a su hijo por romper las reglas de su religión, que prohíbe el uso de las nuevas tecnologías.

El muchacho cometió el “grave error” de hablar por celular y usar una radio, pero también cometió el delito de robar tres pollos, según informaron los diarios locales.

La víctima fue rescatada por el fiscal de Cotoca, Heber Mérida, quien conoció el caso gracias a la denuncia de Elizabeth Dyck, la madre de Johan.

Una vez la caja fue abierta, salió un hombre alto y fornido que se puso a llorar al verse liberado del cautiverio.

"Yo salí a otro lado, vuelvo y otra gente amarra aquí. Yo come aquí, dormir aquí, tomar agua, baño, todo aquí. Yo quiero afuera y mi padre dice que no se puede. Mucho triste vivir (...) Me tienen encerrado como un chancho", dijo en un castellano defectuoso.

En su defensa,  David Knelsen, padre de la víctima, declaró que el muchacho tiene problemas mentales y uno de los pastores de la comunidad había justificado su decisión.

Sin embargo, según las primeras investigaciones del Ministerio Público, el sujeto encerró a su hijo por usar artefactos que no están permitidos por la religión que profesan.

El fiscal indicó que fueron citados a declarar el padre, la madre y el representante de la iglesia la que acuden. A todos ellos se les inició una investigación por  los delitos de “privación de libertad, tentativa de homicidio y tortura”.

 

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