Los habitantes del asentamiento cortaron en principio los tres carriles de la autovía, y luego aceptaron dejar libre uno a la espera de la llegada del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, para lo que dieron una hora de plazo. Advirtieron que si no se les daba una solución satisfactoria, volverían a cortar los tres carrilles por tiempo indeterminado.
Esta tarde, el ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, acusó a los manifestantes de tener vinculaciones políticas con la Casa Rosada. Al igual que Macri, quien en conferencia de prensa reconoció: "Veo una falta de respeto reiterada de permitir esto. A pesar de que la fiscalía reaccionó en tiempo y en forma, tuvimos por horas la ciudad colapsada. Lo que está sucediendo es ilegal", a lo que concluyó: "Es una locura".
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El próximo jueves el gobierno Nacional y de la Ciudad se reunirían en audiencia para evaluar cómo erradicar la Villa 31, pero sus habitantes no fueron invitados a ser parte. “Tienen que aceptarnos en el juicio, somos damnificados, queremos tener poder de decisión”, decían los manifestantes.
Por ello pedían la presencia del jefe de Gabinete, Sergio Massa y el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Repudiaban sus declaraciones sobre la peligrosidad de la Villa, y el pedido que hizo para que no se les venda más material de construcción aduciendo que si seguían construyendo para arriba se iban a caer las casas. Ellos dicen que no es así.
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Alrededor de las 10.15 horas, luego de provocar un caos en el tránsito, habían decidido abrir un carril para permitir el paso de vehículos. Durante casi toda la jornada, intentaron reunirse con autoridades nacionales pero no tuvieron éxito, hasta que cerca de las 18 la protesta se disolvió, lo que normalizó al tránsito en la Autopista.
19 de noviembre de 2008