El proceso de integración social y urbana que se está realizando en la Ciudad de Buenos Aires sumó otro hito con la apertura de una nueva calle en el barrio Playón de Chacarita, o villa Fraga. Se trata de Palpa que cruza de punta a punta el barrio histórico y se convirtió en la octava extensión proyectada que también implicó la mudanza de familias a las nuevas viviendas y demoliciones de una parte de las viejas casas.
La primera apertura en Playón Chacarita fue la de la avenida Triunvirato, entre Elcano y Teodoro García, que permitió la circulación de los vehículos, particulares y de transporte público, en un espacio antes cerrado. La siguieron procesos similares en Teodoro García, Zabala, Céspedes, Palpa y, antes de fin de año, Guevara, a la par de las nuevas Mercedes Sosa y Mujeres de Fraga.
El antes y después del Playón Chacarita, con el macizo impenetrable y el barrio oxigenado con la apertura de calles
La apertura de calle permite una mejor conectividad y accesibilidad al barrio, favorece su integración a la trama urbana y una transformación del espacio público a través de bocas de tormenta, alumbrado, rampas y señalética. También que muchas familias y comercios del barrio tengan una dirección formal y una salida directa a la calle.
La extensión o apertura de las trazas posibilita que muchas de las viviendas sean demolidas, en un proceso denominado esponjamiento, para generar pulmones de manzana que oxigena al barrio y permite el ingreso de la luz natural; también continuar con las obras troncales de infraestructura para la provisión de servicios básicos necesarios para los vecinos y vecinas del barrio, como agua corriente, electricidad, cloacas y pluviales.
Palpa es la octava traza que se abre en un barrio que ya vive una transformación
Este proceso incluye la mudanza de las familias que ocupaban las viviendas demolidas. Desde que se inició la urbanización en Fraga, en 2019, se construyeron 678 viviendas y se mudaron 652 familias.
Los edificios construidos tienen dos alturas, de cuatro pisos y ocho pisos, y cuentan con 67 locales en la planta baja donde se instalaron comerciantes del barrio y también sucursales de cadenas privadas. Las viviendas cuentan con calefones solares para reducir el consumo de energía y lograr un aprovechamiento inteligente de los recursos naturales.
"La apertura de la calle Palpa demuestra que la integración es un ejemplo de que es posible una nueva política social: una que rompe la pobreza estructural y deja infraestructura para el futuro", afirmó la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, Maria Migliore. "La integración debe dejar de ser sólo asistencial, de contención y pasar a ser transformadora y creativa; que resuelva temas estructurales, deje atrás el ´espíritu de parche´ de la política social actual y esté realmente vinculada al trabajo", agregó.
La ministra de Desarrollo Urbano y Hábitat, María Migliore, junto al equipo de trabajo
Las aperturas de las calles fueron consensuadas y definidas en la Mesa de Gestión Participativa (MGP), el espacio para que los vecinos y representantes barriales trabajen cada paso del proceso de integración socio-urbana del barrio junto al Instituto de la Vivienda (IVC) y el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat.
"Con mucho esfuerzo y trabajo en conjunto con los vecinos del barrio logramos avanzar con este proceso, creando las condiciones para que la gente pueda emprender sus proyectos personales y elegir la vida que quiere vivir. Sin servicios básicos, eso es imposible. Gracias a estas obras y a la participación de los vecinos, ahora todos viven en un barrio más seguro, justo e integrado", expresó Gabriel Mraida, titular del IVC.