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Lila Paulides, líder de la Organización Sensibilidad, que desde hace años trabaja en el rescate de todo tipo de animales, pasó por el puente, donde sacó algunas fotos, observó el estado de los equinos y se limitó a mirar, hasta que se encontró con un movilero del canal de noticias Crónica TV, que ya la conocía por su labor y le pidió una entrevista.
“Quedamos en que hacíamos una nota. Yo siempre llevo mis fotos de los caballos maltratados, pero el muchacho me recomendó no sacarlas para no ‘levantar la perdiz’. Nos fuimos lejos del puente, no dónde estaban ellos, para no ir al choque”, cuenta la activista pro animales.
“En la entrevista expliqué quién era, que la tracción a sangre está prohibida en Capital y Provincia, cómo los animales son maltratados y que son robados…Cuando dije que eran robados, se enervaron”, comentó la denunciante a 24CON.
Pero, cómo puede ser que los cartoneros se percataran de que Lila estaba criticando su modo de tratar a los animales, si estaban apartados de la manifestación a la hora de realizar la nota. “Estábamos saliendo en vivo. Aparentemente alguien de la villa cercana al puente tenía cable, y les comentó lo que yo estaba diciendo”, cuenta Paulides.
Inmediatamente, señala la mujer, “empezaron a venirse encima de mí y a gritarme que era una mentirosa, que ellos no roban los caballos y todo tipo de cosas. Me di vuelta y vi un patrullero, me fui desplazando hacia allá y le pedí al oficial que me abriera la puerta. Me sacaron con la sirena prendida. Mientras tanto, los cartoneros me gritaban ‘¡te vamos a matar!’ ”.
Luego del escabroso episodio, Paulides realizó en la comisaría una denuncia por amenaza de muerte. La víctima expresó que su preocupación radica en que “yo vivo en Pompeya, estoy a un paso del puente, y siempre paro los carros, entonces me conocen.”
Paulides explicó a 24CON que el abigeato, o robo de ganado, generalmente es efectuado por ladrones que ingresan en los campos los días de lluvia, ya que gracias al ruido del agua y los truenos disimulan el atraco. El problema radica en que, luego, a estos equinos los “enganchan del carro y los revientan hasta morir”.