Escudero se apareció en la radio y acorraló a Cayetano

La morocha le pasó picantes facturas a su novio conductor. "Nunca me pidió que sea su novia", tiró.


Silvina Escudero es fiel oyente del ciclo radial "Perros de la calle", que conduce Andy Kusnetzoff y del que participa su ahora novio, Cayetano. La morocha los sigue desde mucho antes de iniciar el romance y, por eso, se hizo presente en los estudios de la Metro para sorprenderlos y pasarle algunas facturas a su amor.

 

"Desde que estoy con Nico, nunca más me invitaron", dijo Silvina. Entre bromas y risas, a Cayetano lo sacaron del estudio y sus compañeros, Andy, Harry y Schultz, le hicieron contar las intimidades más desopilantes a Escudero.

 

Silvina Escudero, toda una “garota” en Brasil. ACÁ.

 

"No sé lo que somos, es mi chico, nunca me pidió que seamos novios", disparó, irónica, mientras de fondo se escuchaba el tema musical que dice "ya no sos igual, ya no sos igual".

"Cuando salimos por primera vez, nunca imagine que íbamos a llegar hasta acá", confesó ella, justo cuando Kusnetzoff recordó una graciona anécdota: "Cuando salieron la primera vez yo estaba y, como nosotros sabemos que Cayetano le tiene alergia a los perros, lo primero que hicimos fue enchufarle tu perra".

"Ahora duerme en cucharita con Mulata", replicó Escudero, quien además contó que Cayetano le regaló un ramo de flores que le dejó en la puerta de su departamento, y también una cafetera. "Gastó una fortuna", lanzó, y aseguró que él le "encanta físicamente".

"¡En mi familia soy la única que regala, Nicolás nunca compra nada!", saltó su hermana, Cayetina, también integrante del programa, desde la producción.

 

“Caye está feliz y eso me pone bien. Al principio la relación me daba miedo, porque no quería que se exponga mucho. Él es sensible y no me gusta verlo sufrir”, agregó Cayetina.

 

Después, la Escudero admitió: “Yo no lo obligué a Cayetano para que haga dieta. Él solito la hizo. Sí es verdad que lo acompañé al Shopping a comprar ropa, porque la vieja le quedaba grande". Más allá de los chistes, la pareja se afianza a pasos agigantados.