En la cárcel, a Silvia Luna le dicen "la loca del martillo"

Aquel 17 de abril de 2010, la paz en la localidad bonaerense de Las Heras se vio alterada por un hecho que recorrió el país. Ese día, Silvia Luna mató a su amiga y compañera de trabajo Carola Bruzzone con un martillo para ablandar milanesas. La víctima, según se supo después, la había amenazado con mostrar un video en el que la asesina mantenía relaciones sexuales con un hombre durante su casamiento.

Condenada, Luna está presa en el penal de Florencio Varela, desde donde rompió el silencio. "Me llaman 'la loquita del martillo", dijo al diario Perfil. "Agarré lo primero que se me cruzó. Si tengo intención de matarla en una cocina de un restaurante agarro una cuchilla o una ganchera y no un martillito que golpeabas la milanesa y salía rodando", recordó.

"Fue un momento de nervios. En esa discusión ella me confiesa: 'Sí, fui yo'. Difundió el video. No podía creer que mi amiga, la que me estaba preparando la despedida de soltera, la que me acompañó a elegir el mejor vestido, me había hecho eso", agregó Luna con respecto al momento de la agresión y se preguntó: "¿Con qué intención tuvo que tener guardado tanto tiempo ese video? Usarlo en ese momento... En un momento en que todo tenía que ser color de rosa. En ese proyector de mi casamiento se tenían que pasar imágenes de cuando nos conocimos... Pero no, ella tenía pensado pasar el video. Cuando yo le pregunto por qué iba a hacer eso ella me dice: 'Porque te envidio y te odio'".

Sobre la relación con su ex prometido, Luna reveló que el hombre pasó por el penal, donde lloraron y se abrazaron. "Me dijo: 'Pasó lo que pasó, pero yo a vos te amo", afirmó. A pesar de sus palabras, Silvia sostuvo que ya no lo ama. "Más de una vez necesité un abrazo o un llamado y no los tuve", explicó.

En la cárcel, recibe numerosas cartas de otros internos motivados, según considera Luna, porque el video les genera fantasía. "No les contesto, no me interesa, bajar a una visita intercarcelaria por necesidad fisiológica no va conmigo", argumenta.

Aunque Luna se define como una "mujer solidaria e instruida", en el penal de Florencio Varela donde cumple condena, las reclusas la llaman "la loquita del martillo". "Tenía todo y no tengo nada. Cuando salga no tengo nadie que me espere en el altar. Todos los días me arrepiento", sintetiza.

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24 de marzo de 2013