Nube de abejas casi se come a una mujer y a su bebé

La camioneta con las colmenas iba muy rápido. Los insectos salieron y atacaron a los ocupantes de un auto. "Al nene le sacaron 147 aguijones y quedó con parálisis", dijo la víctima a 24CON.

 

Un inédito y peligroso ataque de una colonia de abejas se dio en Virrey del Pino, partido de La Matanza, al parecer por culpa de la imprudencia del conductor de una camioneta que transportaba las colmenas. Las víctimas fueron una vecina de 38 años y su pequeño hijo, de 2, que terminó con parálisis facial por la enorme cantidad de picaduras que sufrió. Además, la mujer asegura que el de ellos no fue el único caso que se dio en la zona ese mismo día.

Marcela Pereyra iba en su Fiat 147 con su bebé, Diego, sentado en el asiento de atrás.
Casi llegando a la colectora de la Ruta 3 y Julián Aguirre (Kilómetro 46), por un camino de tierra, se le adelantó a mucha velocidad una camioneta vieja que levantó una gran polvareda. “Atrás llevaba como carga unos cajones blancos y, cuando se disipó el polvo, pude ver que estaban llenos de abejas y que se empezaron a mover por la sacudida”, contó la mujer en diálogo con 24CON.
 
Enojada por cómo este conductor la había pasado, y sin poder llegar a ver la patente, Marcela se dio cuenta de que uno de los insectos había entrado a su auto y, al instante, la picó en la cara. “No llegué a cerrar las ventanas que, cuando la camioneta desapareció, empezaron a entrar de a montones en mi cabina”, indicó. 


“Empecé a gritar y a tratar de sacármelas de encima. Frené, abrí la puerta y salí, pero afuera había muchas más abejas. Enseguida fui a sacárselas al nene y quise poner en marcha el auto para escapar de ahí, pero estaba tapada de bichos”, continuó.

Afortunadamente, pasó un muchacho con otra camioneta que los cargó a ambos y los llevó hasta la casa, a tres cuadras del lugar. “Él no podía creer cómo nos habían atacado, me preguntó: ‘¿usted tiene miel en el auto?’”, relató ella. Después, los vecinos los ayudaron a sacarse la ropa llena de insectos y a rociarse con una manguera, y le echaron vinagre en la cabeza al nene, para espantarle los que tenía en la cabeza.

Más tarde, el hijo mayor de Marcela los llevó al hospital Simplemente Evita de González Catán. “Ahí vomitamos, el bebé escupió una abeja y todavía le salían varias vivas del pelo”, asegura la mujer. Estuvieron internados 24 horas y, tras el traumático episodio, Diego quedó con parálisis facial y con la glucemia alta. “Ahora va a tener que hacer sesiones de kinesiología y tratarse en toxicología”, explicó la afectada.

En total, al nene le extrajeron 147 aguijones – sin contar los que le habían sacado antes, en la casa – y a Marcela unos 100. “Me picaron más que nada en la nuca, la espalda y, sobre todo, la cabeza, donde no había un lugar donde me tocaran y no encontraran un aguijón. Los médicos siguen asombrados, nunca vieron algo así”, señaló.

Además, asegura que una pareja y otro nene, que aparentemente pasaron por el lugar del incidente el mismo día, también terminaron internados en el mismo centro de salud por las picaduras que sufrieron. “Al parecer hay una persona en la zona que trabaja con abejas y produce miel, pero nunca me enteré que hubieran atacado a alguien”, dijo.

 


Si bien el destacamento policial que se encargó del caso indicó que las abejas “estaban en los árboles” y no en la camioneta que se le cruzó, Marcela desmiente esta versión, convencida de que vio las colmenas arriba de ese vehículo. “Si no, ¿por qué me atacaron automáticamente cuando el hombre pasó al lado mío? Fue una inconsciencia que pasara tan rápido en una calle de tierra”, criticó.


Ahora, la mujer quiere hacer la denuncia “como corresponde” pero no sabe cómo actuar ni a quién reclamarle, sobre todo teniendo en cuenta que, según le informaron, “las abejas están protegidas por la Ley provincial y no se las puede matar o fumigar”.

 

21 de marzo de 2013