Barras: las cámaras justo se habían roto horas antes

El responsable de las cámaras seguridad del municipio de San Fernando declaró en la fiscalía que investiga el enfrentamiento a balazos entre dos facciones de la barrabrava de Tigre, que la cámara del lugar no pudo grabar los hechos porque estaba averiada por una tormenta y, como era domingo, nadie respondió del servicio técnico.

Fuentes judiciales informaron que el fiscal de San Fernando a cargo de la causa, Alejandro Musso, quiere determinar si hubo algún tipo de intencionalidad o por qué motivo no funcionaba la cámara ubicada en la esquina del estadio de Victoria.

Por ello, ayer le tomó ayer declaración a Martín Cornejo, subsecretario de Informática y Modernización de la Gestión de la municipalidad de San Fernando. Las fuentes indicaron que Cornejo explicó que el domo que debió tomar las imágenes de los disturbios, y está ubicado en la esquina de Perón y Guido Spano, dejó de funcionar a las 4 de la madrugada de aquel domingo por una tormenta.

Según las fuentes consultadas por Télam, cuando el fiscal le preguntó por qué motivo esa cámara no fue reparada en las 12 horas que pasaron hasta que a las 16 ocurrieron los disturbios, el funcionario respondió que "como era domingo, nadie tenía las llaves del gabinete que controla el domo".

Pero además, Cornejo aclaró que por el mismo motivo de que era domingo, la empresa tercerizada que hace el mantenimiento técnico de las cámaras, no contestó los llamados telefónicos.

Por otro lado, el fiscal Musso investiga por qué no había presencia policial al momento del enfrentamiento a balazos entre los dos grupos que terminó con ocho heridos en las inmediaciones del estadio José Dellagiovanna, ubicado en la localidad de Victoria.

El representante del Ministerio Público Fiscal cree que la policía debió estar vigilando la zona desde varias horas antes de que la caravana de hinchas partiera hacia Capital Federal, donde Tigre jugaba en el estadio Monumental de Núñez con River.

El fiscal ya adjuntó a la causa la orden de servicio que indica que el operativo de custodia que debía hacer la Jefatura Distrital San Fernando y la Departamental Conurbano Norte para que la hinchada sea escoltada hasta Capital, estaba previsto para las 18, es decir, tan sólo dos horas antes del inicio del partido.

El fiscal quiere saber cuál fue el origen de la disputa y cómo se desarrolló la pelea que terminó a tiros entre la facción "La 13" y "Los de Pacheco", aunque la principal hipótesis indica que la disputa interna entre las facciones de la barra comenzó pocas semanas atrás por el reparto de entradas y los viajes a los partidos de la Copa Libertadores.

Los pesquisas explicaron que la barra está liderada por Daniel Paz, alias "el Negro Fiorucci", en cuyo bar, ubicado frente al estadio de Tigre, se suele juntar el grueso de la hinchada antes de cada partido.

Un jefe policial contó que el primer enfrentamiento se registró en Pasteur y Perón, a una cuadra del estadio, cuando miembros de la facción de "Los de Pacheco" se mostraron molestos y reclamaron más entradas para asistir al estadio Monumental para presenciar el partido con River.

Allí, aparentemente se escucharon los primeros tiros y varios hinchas recibieron heridas de bala. Luego, la facción que responde a Paz, respondió al ataque y el tiroteo y las peleas se extendieron a Ambrosini y Perón, donde al menos otras dos personas quedaron heridas.
En el lugar hubo algo más de 15 disparos y ocho personas terminaron heridas de bala, tres de ellas de gravedad: uno con un tiro en la cabeza, otro con otro en la femoral y un tercero con uno en el tórax.

La causa está caratulada como "abuso de arma y lesiones graves" y por el momento, y en base a la declaración de algunos testigos, el fiscal Musso tiene como imputados en el expediente al presunto líder de la barra, "El Negro Fiorucci" Paz y a uno de sus laderos, llamado Abel Lavigna, alias "El Gallego", quien fue uno de los ocho baleados, pero con una herida leve en una pierna.

26 de febrero de 2013

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