Fue a Londres con U$S 300 y llegó a jugar contra Tevez

Trabajaba en una fábrica de ladrillos. No hablaba inglés, compartió cama con un camerunés y vivió con una pareja de hinchas recién casados.

 

El Paisa llegó al aeropuerto de Londres con 300 dólares en el bolsillo. Los había ahorrado luego de meses de duro trabajo en una fábrica de ladrillos de Mar del Plata. Tenía 22 años y no hablaba inglés. Su sueño era transformarse en jugador profesional. Vivir de la pelota. Un representante camerunés llamado Roland lo esperaba con un cartel en el que se leía: “Torres”. Roland, que no entendía el español, era el encargado de conseguirle una prueba en Brighton.

En Argentina, Sergio Torres no había tenido suerte. A los 18 años no quedó en Chacarita ni en Vélez. Desde los 6 había jugado en Quilmes de Mar del Plata y luego pasó a Banfield de la misma ciudad, donde disputó el Argentino B. Desde el aeropuerto, Roland lo llevó a su casa. “Me acosté a la tarde porque estaba cansado. A la noche me despierta un hombre, también camerunés, para acostarse conmigo. Éramos muchos y teníamos que compartir la cama de dos plazas”, recuerda el Paisa: “No pegué un ojo en toda la noche”.

La prueba en el club no fue buena y Torres no quedó. La relación con sus compañeros cameruneses se desgastó y a los tres meses terminó en la calle. Sin embargo, por la cabeza de Sergio nunca pasó volverse a Argentina. “Una vez estaba en la cancha y a un pibe que había probado suerte en Italia y no quedó le gritaron ‘fracasado’. Yo le dije a mi viejo que nunca me iba a pasar. Y él me respondió: ‘Fracasado es el que le grita, el jugador por lo menos lo intentó’”. Y el Paisa no se rindió.

Discutió con el camerunés. “Él gritaba y yo no entendía nada. Yo lo putié y, como habla francés, me entendió. Entonces me echó en plena noche”. Quedó en la calle, pero se encontró con Cristian Levi, un conocido de Mar del Plata que hacía años no veía. Cristian también jugaba al fútbol y lo alojó en la habitación que alquilaba. Jorge, un representante argentino instalado en Londres, les consiguió una prueba en un equipo de la octava división. Quedaron y jugaron. Estuvieron dos meses, pero no les pagaron. Fueron a otro equipo, que los fichó. No tenían donde vivir. “Un hincha nos alojó en su casa. Hacía un mes que se había casado. La esposa lo quería matar al principio, pero después estuvo todo bien”, relata.

El dinero que percibían del club no alcanzaba para vivir y comenzaron a trabajar en una distribuidora. El Paisa andaba en una bicicleta que le había regalado otro hincha.

El 25 de agosto de 2005 su sueño se hizo realidad. Fue cuando firmó el contrato profesional con Wycomb Wanderers, de la cuarta división. El equipo llegó a las semifinales de la Carling Cup y enfrentó a Chelsea. Torres iba a jugar en Stamford Birdge: “Volvía de una lesión y fui suplente. Me acuerdo que cuando me levanté para entrar en calor vi a Schevchenko, Drogba, Lampard, Makelele y otros monstruos. No lo podía creer. Cuando terminó cambié camiseta con Makelele, que me pidió la mía. Andá a saber dónde terminó esa remera”.

Estuvo tres años en Wycomb y pasó a Peterborough, cuyo manager era el hijo de Alex Ferguson. En un amistoso enfrentó a Manchester United y se cruzó con su ídolo Carlos Tevez. “Hablamos unos minutos y le pedí la camiseta. Me dijo que no podía dármela ahí, pero quedamos en que me la iba a mandar. Me dio su teléfono, pero nunca me llegó”, se lamenta el marplatense.

Hace tres años llegó a Crawley Town. Con el equipo consiguió dos ascensos seguidos y ahora están en la Tercera División. Si repite la proeza esta temporada, sería el primer club en la historia de Inglaterra en ascender tres veces consecutivas. Por la FA Cup, el Paisa volvió a enfrentar a Manchester. Pero esta vez jugó en el mítico Old Trafford.

Hoy, Sergio Torres vive en Brighton, “una ciudad muy linda, parecida a Mar del Plata, pero con peor clima. Llueve seguido y siempre está nublado”. Está a 20 kilómetros de Crawley y a pocas cuadras del club que le dijo que no cuando recién había llegado. Vive con Lena, su esposa rusa, y Luna, la hijita de ambos. Está feliz por haber cumplido su sueño a pesar de las dificultades. Es protagonista de una historia increíble, digna de una película. O un libro.

 

 

La historia de Sergio Torres inspiró un libro, llamado El Teatro de los Sueños (en honor al estadio de Manchester United). Fue escrito por el periodista Juan Manuel López y puede conseguirse en  http://autoresdeargentina.com/2012/11/22/el-teatro-de-los-suenos-sergio-torres-y-juan-manuel-lopez/

 

 

 

 

 

6 de diciembre de 2012