Macri les quitó la seguridad y les saquearon la escuela

Los reiterados pedidos al Gobierno porteño para tener custodia no sirvieron de nada. Se llevaron computadoras y electrodomésticos. "Los chicos se quedaron sin nada", dijeron a 24CON.

El 13 de septiembre, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió retirar la seguridad privada de las escuelas públicas en zonas de riesgo, como sucedió con la Nº12 de la Villa 21 de Barracas.

“Desde la escuela comenzaron a escribir notas pero no hubo ninguna respuesta, entonces se siguieron elevando comunicados hasta que pasó lo que era inevitable: el sábado entraron a robar por una ventana rota de la escuela”, contó la vecina Zunilda a 24CON. 

Los malvivientes se llevaron computadoras, impresoras, microondas y teléfonos, así como también archivos de la escuela. “Toda la información estaba guardada en esos archivos, así que hoy los 800 alumnos se quedaron sin un legajo ni nada”, expresó.

“Como no hubo una respuesta, los vecinos fueron cortando las calles, fueron pidiendo que alguien los escuchara, hasta que hoy se decidió tomar el colegio”, explicó.

Al establecimiento, ubicado en Montesquieu y Av. Iriarte, asisten niños de bajos recursos no sólo de la villa sino también del Conurbano Bonaerense. “Es primaria, tiene turno mañana, tarde y por la tarde noche funcionan talleres de escuelas de adulto donde hacen muchas actividades”, detalló la vecina.

Tras la toma, el ministerio de Educación de la Ciudad se reunió con personal de la Subsecretaría para intentar resolver el conflicto. “Llegaron a un acuerdo, parece que van a devolver la seguridad a la escuela, pero no dijeron ni cómo ni cuando”, señaló.

A partir de ese momento, los vecinos aceptaron la propuesta y se retiraron del lugar. Sin embargo, “no nos dijeron algo definitivo o que se empiece a llevar a cabo. Así que vamos a seguir tomándola si no se cumple lo que se pactó”, aseguró Zunilda.

Por otro lado, la vecina señaló: “Hoy, charlando con los vecinos, decíamos que nos sentimos discriminados. No nos sentimos defraudados porque al vivir en una villa, y al no tener una respuesta del Gobierno de la Ciudad de Macri, la desilusión ya no existe”

“Uno ya se siente mal en el sentido de que es discriminado y no es bueno que nos acostumbremos a eso. La gente que vive acá tiene tanto derechos como la que no vive acá adentro, no quita que seamos personas y que tenemos el mismo derecho que todos”, concluyó.

 

21 de noviembre de 2012

 

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