Dictan preventiva para toda "la banda de La Cheta"

Tamara, su novio y otros 7 integrantes están cada vez más complicados por las escuchas telefónicas. Encontraron a otro cómplice, que ya estaba preso.

Un juez dictó la prisión preventiva para nueve integrantes de la denominada "Banda de la Cheta", acusada de cometer desde el año pasado al menos 12 robos a ancianos en distintas localidades del sur del Conurbano bonaerense. En tanto, los investigadores localizaron a un décimo imputado, quien estaba preso en la Unidad 9 de La Plata en el marco de otra causa.


Este hombre, de apellido González Mosquera, era buscado por los robos a ancianos desde septiembre, cuando fueron detenidos los otros acusados de integrar la banda, luego de haberse hallado una huella suya en la casa de una de las víctimas.


Los pesquisas realizaron varios allanamientos sin resultados, hasta que finalmente determinaron que, días atrás, González Mosquera había sido detenido en La Plata por un asalto a una pollería y acusado de "robo calificado" y "tenencia ilegal de arma de guerra".


Tras ser notificado de que también quedó detenido por los robos a los ancianos, la fiscal a cargo de esa causa, María de los Ángeles Attarián Mena, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada 2 de Berazategui, lo citará para que preste declaración indagatoria.


Por su parte, el juez de Garantías 4 de Berazategui, Damián Véndola, dicto la prisión preventiva para la universitaria Tamara "La Cheta" Blanco (22), su novio Emmanuel "Ema" García (22) y los otros imputados, por conformar una "asociación ilícita" que cometió una docena de robos calificados.


Los otros siete acusados que quedaron presos son Nahuel Peratta, Gastón Alba, Federico Ibarra, Claudio Stonge, Martín Van Kemenade, Mariano Ruciechi y Federico Ibarra.


El juez avaló el pedido que la semana pasada había hecho la fiscal Atarían Mena y en el caso de "La Cheta", también la dejó imputada por encubrimiento, ya que en su poder la fiscal encontró una laptop robada en uno de los asaltos.


Véndola dejó a los nueve acusados detenidos al considerar, al igual que había planteado la fiscal Atarían Mena, que existe peligro de fuga por las penas en expectativa y riesgo de que los imputados interfieran o entorpezcan la investigación.


Si bien la defensa de Blanco, a cargo del abogado Agustín Rodríguez Lamas, tenía la esperanza de que el juez Véndola le baje la calificación y permita una prisión domiciliaria, la estudiante de relaciones públicas de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), continuará detenida en el penal de Melchor Romero.


Voceros judiciales adelantaron que tanto Rodríguez Lamas, como otros defensores, apelarán las prisiones preventivas ante la Cámara de Apelaciones y Garantías Quilmes.


En la causa hay otros imputados que están en libertad, entre ellos, la madre de "La Cheta" y suegra de Emmanuel, Ana Gana (60), una martillera pública domiciliada en el barrio porteño de Belgrano, que está acusada de "encubrimiento" por haber otorgado domicilios a su hija y su yerno para guardar parte de los botines.


Las escuchas telefónicas a la banda son una de las principales pruebas que incriminan a los acusados. En ellas, se escucha como el sindicado líder de la banda, "Ema", habla con otros imputados sobre la planificación de los robos, sobre los "tíos" (abuelos) que debían asaltar y los "paquetes" (botines) obtenidos en los robos.


También queda claro en las escuchas que tanto Tamara como su madre, sabían que García robaba y era investigado por la policía, e incluso que éste le daba a su novia parte del dinero que conseguía robando.


Algunos de los imputados también están comprometidos por los reconocimientos que las víctimas hicieron sobre algunos objetos robados secuestrados en sus domicilios.


Cuando en septiembre pasado esta banda fue desbaratada por la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes, se informó que esta organización de "roba abuelos" cometía la mayoría de los hechos en Quilmes Centro y Berazategui.


De acuerdo a la pesquisa, a la universitaria Blanco se le atribuye el rol de "marcar" las casas de algunas de las víctimas.


La banda elegía días de lluvia para consumar los asaltos, en horario de madrugada y utilizaban herramientas para abrir las ventanas y reducían a los moradores para comenzar a robar los objetos de valor que encontraban.


En los 25 allanamientos realizados, se recuperó dinero en efectivo, más de 34 relojes sustraídos en las distintas viviendas y hasta una colección de soldaditos de plomo.


Además, se incautaron seis armas de fuego, guantes de látex, precintos plásticos, pasamontañas y hasta las máscaras del hombre araña con las que, según algunas de las víctimas, se cubrían el rostro algunos de los asaltantes.

 

17 de octubre de 2012

 

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