El ritmo de vida frenético que sostiene el siglo XXI indica que todo tiene que ser ya. Rapidez y efectividad son propiedades de los tiempos que corren y todo ello siempre seguido de cerca por la inmediatez que provoca en las conciencias el efecto Google: todo debe tardar milésimas de segundo, sino no sirve.
Bueno, con estos conceptos a cuestas aparece una lista de elementos que, inicialmente se presume que fueron creados para facilitar la vida, pero que en realidad son bastante inútiles.
Más que abdominales con ese plástico te hacés un súper ta-te-ti.
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¡Sí, es un calzador de medias!
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De todos los inventos tontos este es el mejor. La taza que se revuelve sola. Igualmente es bastante inútil.
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Cuando uno es chico parte del entretenimiento es lamer el helado, girarlo y pegotearte con el dulce. Con este cucurucho giratorio, todo eso se terminó. Las madres, chochas.
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Mirá que tenés que ser fiaca para comprar un pelador de bananas automático.
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Si te ve la nona te manda a lavar los platos. Un sacrilegio.
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Según los expertos, en 12 minutos tenés un huevo hervido listo para comer. Y fresco. Esto sí que no tiene sentido.
17 de septiembre de 2012
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