Esta vez el escenario era distinto pero bien conocido por los pasajeros que diariamente atraviesan el oeste del Conurbano con destino a la Ciudad de Buenos Aires.
Castelar es una estación menor en cuestión de pasajes pero no a lo que al ordenamiento del servicio se refiere; a poco mas de 100 metros del andén se encuentra la Base Operativa Castelar, una edificación antigua de facciones inglesas, desde donde se administran los servicios locales y los empleados. Es ahí mismo donde se realizan los relevos de maquinistas y guardas de cada formación y es por ese motivo que todos los trenes se detienen en el lugar para hacer los “recambios de personal”.
Claudio, guarda de la línea, informó a 24CON que fue en este mismo lugar donde se desataron los primeros incidentes cuando a las 8 de la mañana una formación que venía de Moreno con destino a Once se detuvo, humeante, por problemas técnicos. “Algunos pasajeros se fueron para la estación caminando por la vía, otros se vinieron para acá para atacarnos”, dijo.
“Fue una lluvia de piedras, no sé si eran pasajeros pero rompieron todo, nos tuvimos que encerrar en la sala de maquinistas, rompieron todo, los vehículos, las motos, una cosa de locos, está enardecida la gente, no se cual es el problema y se la agarra de la gente que esta trabajando”, afirmó Claudio y otros empleados quienes se salvaron por poco de las agresiones.
El andén central de la estación se llenó con los pasajeros de la formación cancelada y por los incidentes en la base operativa cancelaron otro tren que se encontraba ya en plataforma. Esto fue demasiado para la paciencia de los vapuleados usuarios quienes comenzaron a atacar al personal de seguridad, las boleterías y máquinas expendedoras de boletos, una de estas fue arrojada por una de las escaleras del túnel que comunica el andén con la calle.
Mientras los pasajeros enfurecidos tomaban las vías y cortaban el paso a otras formaciones que intentaban continuar con el servicio, la infantería de policía bonaerense se aprestó en el lugar para tratar de controlar la situación, y si bien en primera instancia intervinieron y lograron alejar a la muchedumbre de las vías, luego se retiraron dejando “vía libre”, según informaron fuentes policiales, por un problema de jurisdicción.
Hasta la llegada de la infantería de la Policía Federal alrededor de las 10.30 el lugar se convirtió en “zona liberada”, los furiosos pasajeros siguieron con el ataque pero esta vez en un tono casi festivo, subían a la cabina de la formación detenida, tocaba bocina y accionaban los limpiaparabrisas ante los vítores de quienes, desde las vías o el anden, festejaban cada acción.
Luego llegó lo que se preveía, el momento del fuego. Los más irascibles comenzaron a juntar cartones, maderas y hasta las estructuras plásticas de la cabina del tren para colocarlas debajo de la trompa del vagón. Además, para asegurarse mantener el fuego también vaciaron al aire los matafuegos que encontraron en el andén.
Un empleado de TBA intentó correr las maderas con el pie y lo apedrearon junto con todo el coche, esto se dio en simultáneo con la llegada de la Policía Federal quien avanzo sobre los manifestantes lanzando gases lacrimógenos y balas de goma.
Luego de las corridas, las detenciones y el accionar de los bomberos que apagaron el principio de incendio, el lugar quedó controlado y se hicieron presentes los funcionarios del municipio de Morón quienes habían coordinado con las autoridades policiales como sería el operativo para que no sea perjudicial para los vecinos de Castelar.
Al respecto el Secretario de Gobierno del municipio, Lucas Ghi, informó en dialogo con 24CON: “Nos genera mucha preocupación por un lado por lo que genera directamente al usuario del servicio, y por el otro lado la preocupación de la comunidad circundante a la estación, nosotros le pedimos a ambas policías que actúen con la mayor de las prudencias”.
Poco a poco la calma regresó a la pequeña ciudad de Castelar, y pasada más de media hora de los últimos incidentes, se pudo apreciar una tímida formación que con pocos pasajeros retomo los servicios habituales.