Quilmes
Se robó 2 kilos de carne y lo mataron "vengadores" de su barrio
El joven de 26 años se llevó comida y 800 pesos de una carnicería, pero lo balearon al salir. Sus familiares quisieron prender fuego el negocio.
Un delincuente de 26 años murió al ser baleado en un confuso hecho por los ocupantes de una camioneta, luego de desvalijar una carnicería de Quilmes. Había robado 800 pesos y 2 kilos de carne.
El joven habría sido agredido por un grupo de “vengadores anónimos”, que resolvió impedir su huida, tras el robo, aunque no se descartan otras teorías. Mientras tanto, sus familiares y amigos atacaron a pedradas el frente del negocio.
Todo comenzó cuando el ladrón, identificado como Pablo Soto y conocido en la zona como “Pocho”, entró a la carnicería "Mi Reina", atendida por dos hermanos, en el cruce de las calles Martín Rodríguez y 330 Bis.
Soto amenazó a las personas que estaban en el lugar con un revolver y se llevó 800 pesos. Además, rompió una vitrina y sustrajo dos kilos de carne, que cargó en una bolsa. Sin embargo, al salir de la carnicería y, fue agredido a disparos por los ocupantes de una camioneta Volkswagen Saveiro blanca, que escaparon rápidamente por las calles de la zona.
El joven residía en el barrio El Papelero, a 400 metros del local en cuestión. Pocos minutos después de caer herido, fue ayudado por dos de sus hermanos y trasladado al Hospital Isidoro Iriarte, donde falleció dos horas después.
Las pericias establacieron que Soto había sido agredido con un pistolón o escopeta, y que recibió los disparos mortales en el estómago y el tórax. Más tarde, sus parientes y amigos - alrededor de 100 personas - quemaron neumáticos frente a la carnicería e intentaron incendiarla, además de atacar la fachada con piedras, aunque fueron dispersados con disparos al aire por integrantes del Grupo de Apoyo Departamental de Quilmes.
El esclarecimiento del hecho está a cargo de la Comisaría Tercera del distrito. Los investigadores requisaron el negocio y solicitaron informes, para determinar si los comerciantes se encuentran autorizados a portar armas de fuego.
Una de las hipótesis sostiene que el ladrón fue atacado a tiros por un grupo de “vengadores anónimos”, que advirtió el hecho y resolvió evitar su fuga. Sin embargo, las autoridades no descartan otras teorías y, en ese sentido, intentan recabar el testimonio de los testigos presenciales.
Además, según versiones, un perro callejero se habría llevado en su boca la carne robada por Soto del comercio.
El joven habría sido agredido por un grupo de “vengadores anónimos”, que resolvió impedir su huida, tras el robo, aunque no se descartan otras teorías. Mientras tanto, sus familiares y amigos atacaron a pedradas el frente del negocio.
Todo comenzó cuando el ladrón, identificado como Pablo Soto y conocido en la zona como “Pocho”, entró a la carnicería "Mi Reina", atendida por dos hermanos, en el cruce de las calles Martín Rodríguez y 330 Bis.
Soto amenazó a las personas que estaban en el lugar con un revolver y se llevó 800 pesos. Además, rompió una vitrina y sustrajo dos kilos de carne, que cargó en una bolsa. Sin embargo, al salir de la carnicería y, fue agredido a disparos por los ocupantes de una camioneta Volkswagen Saveiro blanca, que escaparon rápidamente por las calles de la zona.
El joven residía en el barrio El Papelero, a 400 metros del local en cuestión. Pocos minutos después de caer herido, fue ayudado por dos de sus hermanos y trasladado al Hospital Isidoro Iriarte, donde falleció dos horas después.
Las pericias establacieron que Soto había sido agredido con un pistolón o escopeta, y que recibió los disparos mortales en el estómago y el tórax. Más tarde, sus parientes y amigos - alrededor de 100 personas - quemaron neumáticos frente a la carnicería e intentaron incendiarla, además de atacar la fachada con piedras, aunque fueron dispersados con disparos al aire por integrantes del Grupo de Apoyo Departamental de Quilmes.
El esclarecimiento del hecho está a cargo de la Comisaría Tercera del distrito. Los investigadores requisaron el negocio y solicitaron informes, para determinar si los comerciantes se encuentran autorizados a portar armas de fuego.
Una de las hipótesis sostiene que el ladrón fue atacado a tiros por un grupo de “vengadores anónimos”, que advirtió el hecho y resolvió evitar su fuga. Sin embargo, las autoridades no descartan otras teorías y, en ese sentido, intentan recabar el testimonio de los testigos presenciales.
Además, según versiones, un perro callejero se habría llevado en su boca la carne robada por Soto del comercio.