Avión narco derribó un helicóptero de Gendarmería

Los uniformados esperaron ocultos al costado de una pista clandestina para atrapar a los traficantes. Cuando el piloto de la avioneta los vio, asceleró y embistió al helicóptero.

El tráfico de drogas en la zona norte del país es incesante. Infinidad de aviones de pequeño porte cruzan la frontera cargados de sustancias y aterrizan en pistas improvisadas, privadas o hasta en las rutas para dejar su cargamento. Ante este método se han implementado medidas y campañas para atrapar a estos narco pilotos en vuelo o bien cuando aterrizan.

Estos operativos se engloban dentro del plan Escudo Norte que con la utilización de radares de fabricación nacional pudieron dar con varias de las rutas y las pistas ilegales utilizadas por los narcos.

Dentro de estos operativos un helicóptero de la Gendarmería Nacional fue derribado en Santiago del Estero por un piloto, casi kamikaze, que impactó con su avión contra la aeronave de los uniformados.

Los cinco gendarmes que ocupaban el Eurcopter AS350 resultaron ilesos, junto con el piloto de la avioneta que por la matrícula se presume que habría despegado en Paraguay.

En un comunicado de prensa, el Ministerio de Seguridad informó que el operativo, denominado “Pájaro Verde” se originó en la identificación de algunos vuelos irregulares detectados por los radares y avistajes de aeronaves a baja altura por parte de miembros de grupos antidrogas desplegados en Santiago del Estero.

Los gendarmes realizaron una discreta vigilancia de la zona en cuestión con equipos especializados, provistos de comunicaciones satelitales en algunas áreas identificadas en las que podría aterrizar una aeronave con carga ilegal.

El día 06 de agosto, alrededor de las 11 hs, el Puesto de Observación terrestre avistó la avioneta que realizaría la descarga de drogas lo cual puso en marcha la etapa operativa de “Pájaro Verde”, con el despliegue de la patrulla helitransportada de Gendarmería. Los uniformados llegaron a la pista que ya había sido identificada y ubicada en un paraje llamado Campo Gallo, a 200 kilómetros al norte de la capital provincial, minutos antes que la avioneta.

Alertado por la presencia de la aeronave de Gendarmería Nacional, el piloto del avión ilegal puso el motor en marcha, y con máxima potencia intento despegar del lugar, realizando maniobras temerarias, tanto para el personal de Gendarmería como para la misma tripulación del vuelo ilegal.

La avioneta se dirigió rauda hacia la cabecera de pista donde se encontraba el helicóptero de Gendarmería con el objeto de despegar y huir. En ese veloz escape no dudó en enfilar su avión contra el helicóptero.

El piloto gendarme debió elevarse rápidamente para evitar una colisión directa y permitir que la avioneta pasara por debajo de él, pero en ese escape el avión narco golpeo el rotor de cola del Eurocopter.

Fuera de control pero a una altura no superior a los diez metros, el helicóptero se desplomó y la avioneta, también dañada voló apenas mil metros y se estrelló.

En ese momento, se perdió comunicación con la unidad y despegaron del aeropuerto de Santiago del Estero dos aviones de combate Pucará de la Fuerza Aérea. Esos pilotos divisaron minutos después al helicóptero siniestrado y, a pocos metros de ese lugar, observaron también en tierra a la avioneta.

Patrullas de gendarmes y policías de Santiago del Estero rodearon la zona algunas horas después -dado las dificultades del terreno de monte- y empezaron la búsqueda del piloto del avión del narcotráfico.

A lo largo del operativo, esa aeronave había sido identificada como Transporte Aéreo Irregular (TAI) por el radar que la Fuerza Aérea opera en el aeropuerto de Santiago del Estero desde el 20 del mes pasado. Ese prototipo de radar 3D desarrollado por el Invap dio buenos resultados en sus primeras semanas de uso oficial (fue probado en ejercicios militares antes de ser homologado para servicio activo), y a partir de esa información técnica y del trabajo de investigación de la Gendarmería pudieron determinarse corredores de vuelos ilegales que penetraban en el país desde Paraguay, con avionetas con matrículas de ese país que se mueven a baja altura en busca de eludir al radar.

El helidesembarco en la pista clandestina era la primera acción especial desde que se lleva adelante el plan Escudo Norte. Esa planificación de seguridad se apoya en radares instalados en Chaco y en Santiago del Estero (el mes próximo se inaugurará el equipo fijo en Posadas) y en unidades de transporte rápido de la Gendarmería. Además, se instalarán 20 radares de control terrestre provistos por el Ejército.

Los aviones Pucará sólo son usados para identificar en vuelo las aeronaves, ya que no hay una ley de derribos que permita el disparo (luego de varias advertencias) sobre las avionetas de transporte de droga.

 

9 de agosto de 2011