Enrique "Quique" Antequera

"Como intendente, Duhalde no dejó nada para Lomas"

Es el administrador menos mediático de La Salada. Salió del PJ y hoy se postula por la UCR. Zafó de que lo maten y confiesa: "Si el ex dueño de la feria hubiese sido visionario, no la habría vendido".

A las 16:30 del martes, Urkupiña, la feria más grande dentro del complejo conocido como La Salada, explota de gente. Más de 10 mil personas corretean desaforadas para comprar-vender y hacer su negocio. Ropa, zapatillas, frituras y algunas changas como costura de parches o lustre de bronces son las estrellas que mueven $2.000.000 en un día normal. El domingo, la otra jornada en que permanece abierta al público durante la madrugada, el movimiento se duplica, incluso, hasta superar al mítico Mercado Central de Buenos Aires.


Y mientras la vorágine del “mango” se codea con la ilegalidad, los comerciantes serios, la delincuencia juvenil, el trabajo en blanco, la contaminación del Riachuelo y un sinfín de cuestiones, rozando las 17, Enrique “Quique” Antequera, administrador y accionista de Urkupiña, y candidato a diputado nacional por el GEN, encarga tres cafés para compartir.


- Tu incursión en la política nace del riñón peronista y ahora estás en la fórmula con Ricardo Alfonsín, ¿Cómo llegaste a esa mesa?
- Te soy sincero, estamos desgastados del peronismo, porque cada político siempre hizo la suya y no dejó nada para Lomas de Zamora. Entonces creamos el espacio Militancia y Trabajo a través del cual hacemos trabajo social. Como siempre nos sentamos a charlar con cualquier espacio político (siempre que patee para Lomas), Margarita Stolbizer nos contactó para trabajar como peronistas dentro del GEN y nos pareció interesante.

- ¿Quién “no dejó nada para Lomas”, el ex intendente Jorge Rossi, por ejemplo?
- Todos, Duhalde incluido.

- ¿Martín Insaurralde entra en la misma bolsa?
- Somos amigos con Martín. Aunque a veces podemos estar en veredas enfrentadas, nos llevamos bien. Fuimos parte del acuerdo de gobernabilidad con el radicalismo para dejarlo tomar el poder cuando Rossi se fue. Creo que está haciendo las cosas bien, al menos está haciendo lo que no hizo ningún gobierno que es trabajar para el pueblo. Está trayendo muchas obras gracias a Nación. A diferencia de otros intendentes que, como ya dije, recibieron mucho dinero y nunca se vieron las sobras.

- ¿Por qué no te candidateaste para la intendencia?
- No es el momento para mí. En algún otro período lo vamos a hacer. Es un tema de armado político. Aunque si el jefe dice “salí a buscar la intendencia”, hay que hacerle caso. Estaría bueno ser intendente. No estamos ajenos a nada. Lomas se puede manejar tranquilamente.


La historia política de Antequera tiene un inusual comienzo. Fue en los albores de la crisis económica que azotó la Argentina en 1998, producto del mal manejo acarreado durante años de los mercados libres y las tasas de cambio fijas, entre otras cosas. El principal responsable: Carlos Saúl Menem. Un multifacético presidente que pilotaba un helicóptero cuando el administrador de Urkupiña lo vio descender en el cementerio israelita de San Justo. “Ahí fue cuando empecé a hacer política de verdad. Con el tiempo – cuenta Antequera- trabajamos para Osvaldo Mercuri y para el armado del kirchnerismo en Buenos Aires. Pero fue cuando Duhalde dijo “la provincia no se toca” y ahí quedé solo. Se fueron todos a trabajar a Nación. Nadie me siguió”.


- En tus saltos por los diferentes bloques, ¿nunca te tildaron de “veleta”?
- Nadie reniega de mi trabajo. No soy un veleta y la gente lo sabe.

- Hablando de traspasos políticos, durante el verano se cocinó un rumor donde se lo relacionó a Insaurralde en un pacto secreto anti K con Duhalde.
- Lo escuchamos de oído. No sabemos si fue verdad. Creo que es más cristinista que otra cosa. Tal vez fue una charla política como hacemos nosotros donde te sentás con todos los sectores. Todo lo que sea para Lomas es bienvenido, sea de quien sea.

- ¿Qué le criticás al peronismo actual?
- Veo muy mal el asunto de repartir tantos planes. Que frene un poco a los sindicatos y a la CGT, así volvemos a ser creíbles. Prefiero traer empresas al país y crear nacionales y que la gente trabaje. Hay que volver a ser confiables, no hacer correr a la gente detrás de un puntero político que encima se queda con $200 o $300 del plan. Estamos creando vagos.

- Menem trajo cientos de empresas y creó miles de desempleados
- Menem trajo muchas empresas pero mató la industria nacional. Terminamos con las empresas cerradas y ahora está pasando algo similar. Estamos haciendo un parche con lo de los planes, es similar.

- ¿Ya no estás de acuerdo con Menem?
- Cuando pasan los años ves cosas que en el fragor de los hechos no te das cuenta que están sucediendo.


A Quique le gustan las joyas. Ostenta dos colgantes de oro y un anillo macizo. A los 45 años, con un jugoso paño de acciones sobre la feria, un “buen sueldo” y varias propiedades a su nombre, ya se puede dar ese gusto. “No soy millonario, vivo bien”, recalca. Quizá por tal motivo fue que en la madrugada de 16 de marzo dos maleantes ingresaron en su casa de La Tablada, maniataron a sus cuatro hijos, a su esposa y se llevaron alhajas, dinero y artículos de electrónica.


La pasó mal. Pero esa no fue la única vez: “Hace unos años saqué de la feria a un chico que había robado mercadería, que en ese entonces tendría 14 años, y al tiempo apareció con 18 años y 2 metros de altura. Estaba tomado o drogado. Me vino a increpar y le pegué una trompada. Cuando se levantó sacó una 45, me gatilló y no salió la bala. Después me vino a pedir perdón”.


Historia de la “feria ilegal más grande del mundo”


La verdad detrás de La Salada tiene de todo. Un timo por miles de dólares, un hombre arrepentido por acceder a un “mal negocio” y el “sueño de ser el Central” superado. Comenzó allá por 1989, cuando una docena de puesteros bolivianos aprovechó el furor por la importación brasileña y se apostó en Puente 12 a vender Garotos y prestobarbas.

 

Enrique Antequera fue uno de los primeros argentinos que se sumó a la changa en la rivera. Hasta que en 1990, los 150 puesteros licitan para adquirir la concesión del Mercado Central. “Pusimos cien mil dólares y Miguel Mellano puso tres veces más. Nos cagaron porque cuando nos devolvieron la licitación había sesenta mil. Nos robaron cuarenta”.


Ese revés los dejó casi en ascuas. Hasta que Alfredo Sbasqui, antiguo dueño del ex balneario Puente La Noria decide invitarlos a su predio. “Sabíamos que era tierra de nadie pero no nos quedaba otra. Empezamos vendiendo en el piso”, recuerda. En 1991 Sbasqui toma una decisión que no olvidará jamás: vendió el predio que hoy cuenta con 1300 puestos de 100 mil dólares cada uno, a solo 200 mil.


- ¿Nunca te confesó que se arrepiente?
- Si hubiera sido visionario no lo hubiese vendido. Hablé con él y con los hijos, no te lo tira directamente pero te dice: “Me equivoqué”.

- Para Europa, La Salada es "la feria ilegal más grande del mundo"
- Pagamos $120 mil de IVA y $780 mil de impuestos. Bancamos a 52 empleados y 120 personas de seguridad privada. Además, como requisito, todos los puesteros tienen que estar inscriptos. Los puestos cuestan entre $400 y $800 y hacemos contrato de alquiler.

- ¿Y las marcas truchas que venden?
- Es algo que se te va de las manos. Cuando los detectamos los sacamos. También tenemos un proyecto para subsidiar talleres de costura y así paliar el asunto de los talleres clandestinos. Otro problema es que hay demasiadas trabas para establecerse como productor, hay que replantearse eso para combatir ese tipo de talleres. Además se fomentaría la producción nacional ya que el 60% del textil lo manejan los bolivianos y los paraguayos.


31 de marzo de 2011

 

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