Asesinaron a su esposo, la amenazaron desde la cárcel y ahora salen en libertad

Lo fusilaron de siete tiros por la espalda para robarle el auto. Le gatillaron a un bebé. Son sanguinarios. Un año después, quedarán libres por ser menores de edad. La mujer está aterrada.

La heladería de Gustavo, ubicada en Morón Sur, era el medio de sustento de la familia. Además era el punto de encuentro del barrio. Ubicada estratégicamente en la esquina llamaba a los vecinos para reunirse y tomar algo dulce.

Fue el mismo lugar que eligió Gustavo para buscar ayuda tras los disparos que le realizaron dos menores en pleno raid delictivo.

La noche del 29 de noviembre del año pasado, Gustavo Guinch estaba realizando el reparto de helados en su Peugeot 504. El servicio puerta a puerta, después de lograr adquirir el vehículo, le había dado un empujón económico al negocio. Cargó el pedido en el auto y recorrió casi de memoria las ocho cuadras que separaban su comercio del destino del helado. Allí lo encontró la violencia, la inseguridad, la muerte.

Dos menores habían robado una moto a cuatro cuadras del lugar, pero tras recorrer trescientos metros esta se detuvo por el accionar de la alarma. Tiraron la moto y con un revolver calibre 22 en la mano corrieron hacia el Peugeot de Gustavo. Sin mediar palabra gatillaron siete veces seguidas hiriendo mortalmente al heladero.

Gustavo, en medio de la balacera, atinó a subir a su auto, y sin cerrar la puerta, la que hubiera detenido las balas, aceleró y se alejó del lugar. El último balazo que le propiciaron los delincuentes impactó y se detuvo contra su apoyacabeza. Su suerte le permitió vivir unos pocos días más.

Los dos ladrones no satisfechos con tener que regresar a pie a su casa, recorrieron una cuadra más,  por la fuerza bajaron a otra vecina de su auto y subieron para continuar viaje. En el asiento trasero viajaba el padre de la nueva víctima y su nieto. Ante los ruegos del abuelo quien pedía le permitieran bajar al bebe, los dos ladrones no duraron y volvieron a gatillar, pero del revolver no salió ninguna bala, habían gastado todas contra Gustavo.

Tras los disparos, el heladero manejó como pudo hasta su negocio y se desplomó al bajar del auto, fueron sus vecinos los primeros en auxiliarlo. Luego de varios días internados en terapia intensiva en el Hospital de Morón, falleció a raíz de los daños provocados en su cuerpo por al menos cinco impactos de bala.

Tras el ataque de Gustavo los dos menores fueron detenidos y se descubrió que integraban una banda de ladrones de autos y motos que operaban en la zona de Morón sur y La Matanza. En el allanamiento realizado en su casa del barrio Los Pinos del municipio de La Matanza se encontraron armas, autopartes, y motos con pedido de secuestro.

A un año del asesinato del heladero su familia está aterrada. Por su condición de menores, los dos delincuentes serán liberados tras 365 días de prisión preventiva. Su hermana, Karina, explicó a 24CON la peligrosidad de vivir tan cerca de los asesinos, “recibimos cuatro amenazas por teléfono y nos dejaron mensajes y carteles en la heladería. Viven a 15 cuadras de nuestra casa y por algunos conocidos de ellos sabemos que van a hacernos algo para cobrarse el año que pasaron presos”.

“Pedimos un montón de veces que la causa sea elevada a juicio pero se dilataron los tiempos, el primer fiscal hizo todo mal, y recién ahora se nombró a un tribunal. Aunque nos confirmaron que recién para junio del año que viene podría comenzar el juicio” apuntó la hermana del Heladero.

Mañana mismo los dos menores serían liberados en el penal de Malvinas Argentinas. La intención de la prisión preventiva fue evitar que se fugaran y también para darle contención en una institución estatal. “apenas entraron a la cárcel prendieron fuego los colchones. Tuvieron problemas con los demás detenidos. Y ahora que salen, es para que sean contenidos en el ceno familiar, pero es una familia de delincuentes.

En una audiencia pidieron permiso para salir de Malvinas Argentinas para visitar a su papá que está preso en otra cárcel” explicó Karina y continuó, “el día que mataron a Gustavo realizaron otros delitos. Fueron siete robos en seis horas y un asesinato. Se unificaron las causas y después se descubrieron otras causas similares en La Matanza, pero recién en marzo del año que viene se va tratar el caso y para junio empezaría el juicio. Mientras tanto nosotros y los testigos no tienen custodia, ni hay controles policiales en la zona”.

 “En el Centro de Protección a la Víctima nos dijeron que no existen medidas a tomar para prevenir un ataque contra nosotros. Nos explicaron que la policía está para actuar cuando suceden los hechos, no antes” reafirmó la hermana.

El tribunal que juzgaría a los menores estaría integrado por la Doctora Marianela Schiffeli, la Doctora Drago y el Doctor Báez. El fiscal Cabresa le explicó a la familia que el pedido de condena será por perpetua ya que actuaron con alevosía ya que se constató que “dispararon aún antes de pedir el auto”.

“Tenemos miedo de salir a la calle, no queremos ni ir al cementerio por miedo de cruzarnos con algún familiar de ellos, y desde mañana, con ellos mismos. No tienen remordimiento por lo que hicieron, en una audiencia se le reían a mi papá y ellos y su familia estaban orgullosos de lo que habían hecho. Lo único que pido es seguridad para nosotros, ya que para Gustavo, no se hizo nada” finalizó Karina.

La heladería volvió a abrir sus puertas semanas después del trágico suceso, continúa siendo el sustento económico de la familia Guinch, pero desde hace un año ya no está Gustavo con su Peugeot para hacer el envío a domicilio.

 

25 de noviembre de 2010

 

 

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