Aerolíneas  regaló vuelos de bautismo a los chicos

La empresa de bandera nacional les regaló a los chicos de tres fundaciones el primer vuelo de sus vidas.

Sorpresa, ansiedad, alegría y hasta un poco de miedo, fueron las emociones que compartieron los casi cien chicos que el sábado al medio día volaron por primera vez en su vida.

“Estamos arriba de las nubes”, apuntó el pequeño Martín mientras miraba por la ventanilla, “¿Cómo hacen para estar ahí las nubes?” preguntó, aunque sin dar tiempo a una respuesta se sumó a la canción infantil que recién comenzaba: “Chofer, chofer, apure ese motor…” coreaban las casi cien vocecitas de los chicos que recibieron un especial regalo del día del niño de la mano de Aerolíneas Argentinas.

Chicos de la Fundación Flexer, en tratamiento oncológico,  del Hogar Pimpinela, en adopción, y del Establo Terapéutico, de rehabilitación equinoterapéutica, realizaron a bordo de un Boeing 737-700 de la empresa nacional el primer vuelo de su vida como preámbulo a los festejos por el día del niño. 24CON fue le único medio que compartió tan emocionante viaje.

El Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires se llenó de caras de sorpresa y emoción; la de los chicos que por primera vez veían al gigante avión desde tan cerca y la de los padres acompañantes quienes también volarían por primera vez en su vida.

Dante, el comandante de la aeronave, fue el encargado de recibir a cada chico y de informar cada paso del vuelo. A las 11 y media de la mañana del sábado el especial vuelo de Aerolíneas comenzó a rodar sobre la pista y los gritos y risas de los chicos no se hicieron esperar pero fueron interrumpidas por los aplausos cuando el avión dejó el suelo.

Desde las alturas los chicos pudieron ver el contorno de Buenos Aires, La Ciudad de La Plata con sus diagonales, el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, los distintos colores de las quintas que rodean a la ciudad de Moreno y luego, ya casi llegando nuevamente al aeroparque, los colores del río de La Plata y el aeropuerto de San Fernando.

Mientras el avión circundaba el Conurbano, lo que le demoró poco más de 30 minutos, cada chico pudo entrar a la cabina del avión y conocer en primera persona cual es el trabajo de los pilotos y los tripulantes de cabina.

La idea de este viaje nació de los mismos empleados de aerolíneas que se organizaron y realizaron los pedidos necesarios en la empresa para poder utilizar el avión. Además contó con la ayuda de la firma Pizzini que le regaló a cada pasajero un kit de fibras y crayones.

Mariana Giménez y Flavio Amato quienes se encargaron de la organización explicaron a 24CON que a realización del vuelo fue un esfuerzo de los empleados, “todo lo que le dimos a los chicos fue donado por los empleado, pero contamos con el apoyo de los directivos, las tripulaciones y el personal de institucionales también”.

“Las fundaciones que realizaron el vuelo tienen una cercana relación con Aerolíneas, siempre estamos en contacto y cuando tienen que realizar un traslado nosotros les damos el pasaje” apuntó Giménez.

Cristina Gómez de la Sociedad Civil del Hogar Pimpinela para la Niñez apuntó que para los chicos fue un día estupendo, inolvidable, porque disfrutaron muchísimo, todas experiencias nuevas. Es más, trajimos un chico con síndrome de down y disfruto mucho, él tiene mucho miedo a los ruidos, y aun con el sonido de las turbinas disfrutó muchísimo”.

Edith Grynszpancholc, la presidenta de la Fundación Natalí Dafne Flexer, expresó que para muchos de los chicos de su fundación este vuelo fue un sueño cumplido, “son chicos con cáncer, la mayoría del interior del país que para el día del niño están solos, entonces poder volar es un maravilloso regalo. Esta posibilidad que les da Aerolíneas es una experiencia única que quizás no vuelvan a tener”. Por su parte la Doctora Graciela Bazzi de la Fundación Argentina Científica Establo Terapéutico destacó que la participación en los vuelos “es un premio para los chicos de la fundación”.

La jornada aeronáutica finalizó con un almuerzo en la sala VIP de Aerolíneas Argentinas y con la sonrisa imborrable en los cien chicos que ya conocen las nubes desde arriba.