La presidencia del Concejo Deliberante de Tres de Febrero parece ser el sueño de los opositores que de manera desorganizada establecieron diferentes canales de conversación para reemplazar a Agustín Ciorciari, quien la ejerce desde 1993 hasta la fecha de manera ininterrumpida.
Ciorciari, creador de la Agrupación Lealtad, para remarcar su estrecha relación con el intendente Hugo Curto, tuvo a punto de perder la conducción del cuerpo tras la victoria de la Alianza en 1997. Sin embargo, en aquella oportunidad los opositores, que tenían doce votos y posibilidad de desempatar a favor por haber ganado, lo dejaron en el cargo.
Luego de aquel episodio, cada dos años, el presidente se cura en salud. No sólo deja para el final la presión del intendente ante cualquier intento de rebelión interna en el bloque, sino que opera para que algún opositor siempre termine siendo aliado, como sucedió con los emblemáticos casos de Luis Roca, en 1995 o, más acá en el tiempo, con Silvia Boletieri.
En este caso la ex concejal coalicionista Nora Custodio, vinculada a Patricia Bullrich hasta que su esposo Sergio Lucio no pudo incidir en la conformación de la lista que participó sin éxito en las últimas elecciones locales, es la nueva mano que se levantará para ratificarlo en el cargo.
No obstante, todavía no terminó el escarceo promovido por el camionero Juan Carlos Bolisky, quien había sido tentado por los concejales de Unión Pro para conseguir la Presidencia. En este diálogo también habrían participado los concejales del ARI, pero que, aclaran, “nunca creímos que se podía dar. Los peronistas, al final, siempre se ponen de acuerdo”.
Los otros que miraban con cierta simpatía estos movimientos eran los concejales oficialistas Julio Anabia, presidente de la Comisión de Obras Públicas, y Javier Pepe, que ni siquiera participaron de las últimas reuniones de bloque.
No obstante estos amagues, nada presume que se modifique la conformación de la legislatura municipal, aunque el trabajo del Presidente tendrá que ser mucho más intenso del que venía realizando para mantener, sin sobresaltos, el funcionamiento y la aprobación casi sin discusión de los proyectos oficiales.