Un barrio se atrincheró con alambres de púa y barriles

Los vecinos pusieron "barricadas" por la gran cantidad de robos. Denunciaron a 24CON que los delincuentes vienen de otras zonas.

Marta no puede pasar. Vive en el barrio El Rocío y no puede llegar a su casa porque hace menos de un mes, se viene topando todos los días con alambrados y barriles llenos de tierra.

A Marta le cambiaron la rutina. Para llegar hasta la parada de colectivos ubicada en la colectora de la Autopista Panamericana (Ramal Pilar), antes caminaba unas 3 cuadras. Ahora, luego del “vallado” improvisado que le impide el paso directo, camina más de 10.

 

El problema estalló en el barrio semi cerrado De Vicenzo Chico, emplazado en Pilar  a la altura del kilómetro 40,5 de dicha autovía. Allí, un grupo de vecinos decidió hacer “justicia por mano propia” y cerrar tres calles que conectan con el barrio lindero, El Rocío.

Según dicen, sufren una ola de inseguridad constante y señalan que los delincuentes vienen desde asentamientos cercanos. Por eso, para ellos, la solución fue el atrincheramiento. A las calles San José, San Ignacio y Las Lomas, las cerraron con enrejados de alambre, sostenidos por palos y reforzados con barriles de 200 litros llenos de cemento y tierra.

Sólo una de ellas permite el paso peatonal a través de una especie de puerta improvisada, y en otra de las arterias, la “barricada” está recubierta por rollos de alambre de púa filoso, utilizado mayormente en los paredones de las penales de máxima seguridad.

 

El panorama es similar al que se vivió a principios de abril, cuando el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, decidió emplazar un polémico muro para tapar el paso peatonal y vehicular en la arteria divisoria con el distrito San Fernando. El motivo, era el mismo: ola de robos. En esa ocasión, la situación colapsó y la idea de aislar con murallas a un barrio se hizo añicos en apenas días.

 

“A mí me robaron el auto estacionado en la puerta de mi casa y lo encontré desmantelado. Al hombre de a la vuelta también. Cerraron los caminos por los robos que había”, reconoció a 24CON una vecina De Vicenio, que pasea por las calles con su hijo.

A todo esto, la bronca de los que quedaron “del otro lado” no tardó en salir a la luz. Días atrás presentaron una denuncia ante el Juzgado de Faltas del municipio. Según confirmaron fuentes del distrito a este medio, el Juez Sebastián Zamarrita, envió a un delegado para interiorizarse y escuchar las “dos campanas” que se enfrentan en la disputa. Es por eso que el viernes resolverá si abrir o no las calles. Ya que la obstaculización de la vía pública está penada por Ley, a menos que sea evaluada y permitida por el Concejo Deliberante.


“No me perjudica, pero sé que a los que quedaron detrás del alambrado sí, porque no tienen salida directa a la Panamericana”, dijo a este medio un vecino de El Rocío. Y agregó: “Con cerrar un barrio no se soluciona el problema de la inseguridad”.


Pero los rumores que circulan por este barrio, que quedó aislado, son llamativos. Ya que un grupo de vecinos de este lugar también estaría analizando cerrar sus propias calles, por lo que la confusión aún sería más grande.

Qué dice el Municipio

 

La problemática llegó a oídos de la intendencia y, según trascendió, ya estaría evaluando la posibilidad de intervenir en el barrio. Al respecto, desde el Concejo Deliberante, el presidente del bloque oficialista Carlos Olivera, dijo el jueves a 24CON que esa misma tarde se iba a reunir con varios vecinos, quienes ya le habían acercado sus inquietudes por el hecho.

 

13 de agosto de 2009