Darío Pons, presidente de la Asociación de Comercios e Industrias de Morón (ACIM), explicó que “todavía no tenemos las estadísticas de julio, porque obviamente el mes no terminó, pero la sensación es que va a haber –en promedio de todos los sectores- una caída de las ventas de al menos un 25 por ciento respecto del mismo mes del año pasado”.
Y a su criterio “si bien la baja del consumo también obedece a factores económicos, no podemos desconocer que el tema de la gripe tiene mucho que ver, porque la gente sale menos, sobre todo a lugares de gran concentración de público”, señaló.
Por eso, los restaurantes son uno de los rubros donde más se está notando la baja en el consumo. “En este sector ya se está hablando de una caída del 40 por ciento de la facturación”, sostuvo Pons.
A nivel local, otro lugar que se encuentra entre los más afectados por el fenómeno es el Plaza Oeste Shopping, donde en las últimas semanas la cantidad de gente que lo visitó se redujo en más de la mitad.
El caso más emblemático es el de los cines. Las ocho salas que tiene la empresa Hoyts General Cinema ni siquiera se llenaron los fines de semana. “Un ejemplo claro es que la semana pasada se estrenó La era del Hielo 3 con entradas a mitad de precio, y en la sala apenas había 20 personas”, cuenta Anabella, una de las cajeras.
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Pero la falta de público no implica un alivio en el trabajo de ella y sus compañeros. En “compensación” tienen que convivir con el “humor” y las preocupaciones de quienes más allá de las recomendaciones de los especialistas se animan a asistir al cine.
“Te preguntan veinte veces cuanta gente va a haber en la sala para decidir si entran o no. Y lo peor es que a nosotros no nos aparece esa información –explica-. O el otro día nos pasó que una mujer embarazada compró la entrada y justo antes de ingresar a la sala se arrepintió. Nosotros no estamos autorizados a devolverle el dinero a nadie, pero armó tal escándalo que tuvimos que hacerlo”.
Aunque sin tener que enfrentarse a semejantes situaciones, desde el punto de vista comercial el panorama no es mucho más alentador en El Mundo del Juguete, donde Martín, el encargado, ya está resignado a ver el local vacío. “Por lo menos bajaron un 50 por ciento las ventas”, asegura, mientras juega con un frasco de alcohol en gel que tiene entre sus manos.
Más preocupante es la situación del local de juegos Aventura Center, donde ni siquiera el receso escolar decretado a partir de la semana pasada aumentó las ventas. Lucía, encargada de un juego que consiste en embocar argollas en una especie de bastones, está aburrida.
Pasan las horas y los chicos brillan por su ausencia. Hasta la calesita está parada. “Pensar que en las vacaciones de invierno del año pasado éramos once atendiendo este puesto y ahora estoy yo sola”, se lamenta.
Algo parecido sucede en el patio de comidas, donde Pablo, encargado de la parrilla El Facón, está preocupado porque tuvieron que reducir más de la mitad de las horas de los empleados. “Es que estamos vendiendo un 45 por ciento menos que lo que vendíamos un mes atrás. Y eso que este último fin de semana repuntó un poquito”, explica.
“Liquidación final. Invierno 09. Hasta agotar stock”; “Liquidación total”; “30/40 y 50% de descuento”. Hay locales de ropa que ya no saben a qué recurrir para atraer a los clientes. Es que ni siquiera con semejantes promociones logran revertir la tendencia. Karina, del local de Ricky Sarkany, estima que “las ventas nos cayeron un 40 por ciento. Y eso que estamos de liquidación total porque a fin de mes cerramos. Esto no da para más”, dice.
Claro que como siempre, hay excepciones que confirman la regla. Y si no que lo diga Lorena, quien en las últimas semanas no para de vender. ¿Por qué? Trabaja en la farmacia Portofino, en la planta baja del shopping. “Sólo con barbijos, alcohol en gel –ahora lo fabrica la propia farmacia- y Tamiflu duplicamos la facturación”, asegura mientras despacha un barbijo. Lo que se dice un gran negocio.
14 de julio de 2009