Comenzó hace veinte años, al cabo de tres décadas de acompañar al equipo tanto en el Monumental como en las tribunas visitantes de turno. Ni los 18 años de sequía de títulos lograron alejarlo de la institución de sus amores.
"De un lado o del otro del mostrador, siempre estuve", contó Héctor Cavallero. Con el tiempo protagonizó un crecimiento sostenido que lo ubica hoy día como protesorero del club.
Sin embargo no se conforma. Tiempo atrás comenzó buscar ocupar la oficina del al lado. Dos veces. Se alineó junto con Alfredo Davice pero se quedó en la puerta. Después lo enfrentó, aunque no en el momento oportuno. El propio Davice ejerció la presidencia durante la última época dorada de River Plate y buscó la reelección. La consiguió. Héctor Cavallero volvió a caminar por los pasillos en lugar de sentarse en el sillón. Y, como no hay dos sin tres, y la tercera suele ser la vencida, en diciembre de 2009 lo intentará una vez más. Quiere cumplir su sueño, "ser presidente de River".
Justifica un voto a favor suyo basado en la extensa trayectoria en Níñez, y ser una persona reconocida y "sin antecedentes que me empañen". "Conozco muy bien el club, he trabajado muchas horas y tengo el diagnóstico de lo que necesita River, sé por donde tiene que ir. Me ocupo de todos los temas de River, parezco una ladilla metiéndome por todos los sectores a acompañar al socio y a la gente en general".
14 de mayo de 2009.