Radiografía de un asentamiento

La 15, la Villa de Gesell

Tiene más de cinco hectáreas y está a 20 cuadras de pleno centro. Desarmaderos, basurales y gitanos conviven en las afueras del balneario top. Quiénes los acusan y desde dónde. La policía alega que no da "abasto".

“La 15” es la villa de emergencia más populosa de uno de los balnearios más exclusivos de la costa atlántica. Está emplazada en las calles 115 y 15. Ese fue su comienzo. Pero en los últimos años creció de manera considerable. “No son como las de Buenos Aires”, afirma un geselino que la vio expandirse a pasos agigantados. Sin embargo, aterran como si lo fuese. Desde la comisaría primera no quieren alarmar y más aún cuando esa zona les pertenece.

Según pudo averiguar 24CON, “La 15” es el germen delictivo de los balnearios aledaños: Mar de las Pampas, Valeria del Mar, Ostende, Cariló y Pinamar. A pesar de que la fuerza pública local le quiso disminuir la importancia, un oficial admitió –en off the record- que “en verano son muchachos bravos por la cantidad de gente que entra en la ciudad, después se tranquilizan”. Con total liviandad, el policía reconoció la “labor” de los ladrones.

“Tienen salida para donde quieran. Porque están cerca del Camino de Circunvalación”, explica un vecino de “La 15”. El asentamiento está a 20 cuadras de pleno centro geselino y a 15 de la comisaría que la controla. “Se nos va de las manos. O cuidamos a los turistas, las playas y las casas o los seguimos hasta debajo de la cama a ellos. Como queremos y debemos hacer las dos cosas, de vez en cuando pasa algo. No damos abasto”, se resigna un policía que tiene como zona de cobertura principal a la villa de emergencia.
En “La 15” no todos viven de los robos. Hay una importante comunidad de bolivianos y paraguayos. Muchos de los obreros que construyen los departamentos y complejos turísticos durante el año, provienen del barrio. Además, una pequeña cantidad de familias gitanas que controlan los mayores desarmaderos de la región Gesell-Pinamar.

En la segunda semana del año, un colectivo que costea la villa fue asaltado por algunos de sus habitantes. La modalidad para los hampones que optan por no alejarse de sus hogares es amontonar sillas sobre alguna de las calles linderas para que los automóviles que circulen deban frenar de inmediato. Así lograron que muchos de los vecinos adviertan a los turistas y difundan la localización del asentamiento. “Lo que hacen es aprovecharse de los que no conocen la zona y se pierden o no saben dónde está La 15”, cuenta a 24CON una mujer nativa de Gesell. Por otro lado, en las cercanías de la entrada a la ciudad balnearia se está gestando un asentamiento similar. Quienes se están instalando serían habitantes que son despojados de la Villa 31 y demás complejos habitacionales porteños.