¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Fernando Farré justificó el femicidio

Lunes, 11 de abril de 2016 a las 16:24

Los resultados de las pericias psicológicas y psiquiátricas de Fernando Farré (52) son contundentes: "Egocéntrico, frío, razonante y calculador. Personalidad narcisista, con rasgos psicopáticos y paranoides. No exterioriza angustia ni arrepentimiento".

Según declaró uno de los vigiladores que vio al detenido tras el asesinato de Claudia Schaefer (44), Farré no se mostró arrepentido ni angustiado y justificó el femicidio al decir: "Ella me dijo que era un pobre tipo".

Farré es imputable ya que el estudio aclara que comprendió la criminalidad de sus actos y dirigió sus acciones cuando sacó los cuchillos de la cocina con los que la asesinó de 74 puñaladas. Él premeditó el crimen al tomar los utensillos y esconderlos bajo una pila de ropa en el vestidor en el que finalmente atacó a la víctima.

"Los actos que antecedieron en lo inmediato guardaron lógica, dirección y objeto: quedar a solas, cerrar la puerta tras de sí, contar con los medios para el ataque. Las 74 puñaladas denotan intención y guardan una secuencia y finalidad", arrojó el estudio que complica la situación del detenido.

Los principales puntos del dictamen son:

- No hubo emoción violenta, no tiene ninguna enfermedad mental.

- La conducta homicida respondió a una etapa reflexiva por parte del victimario.

- Hubo un ánimo preexistente de malestar, celos o resentimiento. Culminó en la descarga motora delictiva.

- Tiene un insuficiente e inapropiado manejo de la agresividad que lo hace peligroso para sí y para terceros.

- Personalidad narcisista, con rasgos psicopáticos y paranoides, es egocéntrico, frío, razonante y calculador.

- No exterioriza angustia ni arrepentimiento.

- La pérdida laboral y la separación conyugal configuraron en Farré una herida narcisista que no hizo más que profundizar conductas agresivas de hostigamiento hacia la víctima.

- Farré interpretó la denuncia de violencia de la víctima, la exclusión del hogar y el retiro de sus pertenencias del domicilio conyugal como una vejación y provocación.

- Lo vivió como una emboscada y una revancha por parte de su esposa.