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¿Estado que vuelve?

Los años de crecimiento dejaron un resultado fiscal alentador y amortiguador para la crisis internacional. Habernos mantenido fuera del azar del mercado financiero nos salvó del golpe, pero nos dejó atados a los socios comerciales. Si hoy están mal ellos ¿qué hacemos nosotros?
Lunes, 01 de diciembre de 2008 a las 15:14
Por Luciana Fernández Virginillo

Cuando en octubre la crisis internacional hizo girar el mundo como una pelota sobre su dedo, la Argentina no se mareó tanto. Esto gracias a que los seis años anteriores se desplegaron con un crecimiento económico “robusto y sólido que se traduce en un resultado fiscal positivo, como también en un nivel de reservas internacionales alto como pocas veces hemos tenido”, evalúa el Licenciado en Economía Enrique Dentice.    

Desacople financiero, acople comercial.
 
No haber apostado los primeros pesos nacionales a la bolsa “nos quitó del huracán financiero, nos dejó sumidos en la relación comercial con nuestros principales clientes y socios comerciales”, explica Dentice.  

Los vaivenes de los mercados rebotaron pero como en economía no hay compartimentos aislados, no puede haber una de cal sin una de arena. El acople comercial trajo múltiples efectos que sentimos hoy tanto en los sectores agropecuarios, como en los de bienes y servicios. En la economía doméstica y real decanta este desacomodamiento. 

“Prueba de ello es el resultado del estimador mensual industrial que permite observar el doble impacto de la crisis; donde el resultado positivo de 2,5% interanual, tiene un correlato de caída de -1,9% en la relación mes a mes", agrega Dentice.

Así los sectores manufactureros desaceleraron junto a su crecimiento, las expectativas, “y que de no mediar cambios en los mismos, la situación se trasmitiría para adelante y a otros sectores invadiendo ya el consumo como se percibe en los indicadores de supermercados y centros de compras”, manifiesta el economista. 

En tanto los sectores que exportan bregan por un tipo de cambio nominal alto, del que carecen para la competitividad, y esto a su vez, según Dentice “condiciona a convivir en un mundo de crédito caro por efecto de la tasa de interés”.

Inmovilidad en espiral. La parálisis de los agentes económicos, que hoy se sientan en la mesa a esperar y observar la situación antes de dar de vuelta para alentar el juego, “potencia esto y allí se espiralizaría el efecto. Ante esta situación el gobierno ha adoptado medidas para”, dice Dentice.

Estado que vuelve. La tendencia casi pecaminosa de que el Estado se meta donde no lo llaman cambió. Cuando queman las papas la obligación de normalizar todos lo invocan como agente normalizador.

El especialista explica que “no alcanza con saber que el año próximo estamos cubiertos para los compromisos externos pues inmediatamente alguien sale a esgrimir un posible default provocando la salida de capitales que terminan desbastando al empresario nacional mayoritariamente PyME”.

 

2 de diciembre de 2008