La filial argentina de la multinacional Donnelley cerró el lunes su planta de Garín y dejó a más de 400 empleados en la calle, tras presentar la semana pasada un pedido de quiebra ante la Justicia.
Al respecto, la presidenta Cristina Kirchner anunció desde Casa Rosada que el Estado denunció penalmente a la imprenta evocando a la controvertida ley antiterrorista, tras acusar a la firma de generar un "falso estado de quiebra para generar temor".
“La situación de la empresa era complicada financieramente, estaba igual que en el 2001 pero no pensábamos que iba a haber una quiebra. Jamás pensamos este desenlace”, expresó Claudia Álvarez, empleada de Donnelley, a radio América.
“Esto fue a raíz de que en los últimos 4 o 5 años la dirección se veía muy apretada por la comisión interna. Las empresas asociadas son accionistas de Estados Unidos, sociedades anónimas, no los conocíamos, no había una persona física”, agregó. Además, hizo referencia al discurso de Cristina: “Cuando escuchamos lo que dijo la Presidenta quedamos consternados, sorprendidos, no sabíamos que existía un accionista que forma parte de los fondos buitre”.
Otros conflictos con empresas en el Conurbano
Nueve empleados fueron despedidos en los últimos días de la planta que la japonesa Honda tiene en Florencio Varela. Según han informado los trabajadores, fueron despedidos sin causa el 1° de agosto y que la patronal los tenía "marcados" por "opinar distinto a la dirigencia del sindicato y decirlo".
Esto se suma también al conflicto con la autopartista Lear. Al respecto, el director general Antonio Marín sostuvo que el próximo martes retomaría la actividad la planta de la localidad de General Pacheco afectada por protestas contra unos 60 despidos, aunque advirtió que, por este conflicto, "están en juego 525 puestos de trabajo de argentinos".
15 de agosto de 2014
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