La conductora del programa America's Got Talent, Cat Deeley, tuvo un ataque de ira en plena transmisión en vivo y ahora está en el ojo de las críticas de los norteamericanos más puritanos, que no aceptan los insultos en televisión.
En medio del show, y a punto de develar los resultados del voto telefónico para anunciar qué participante pasaba a la siguiente ronda, el público presente en el estudio no paraba de gritar consignas a favor de sus candidatos. El ruido era tal que, aún con micrófono, las palabras de Deeley apenas se escuchaban.
En un primer momento, les pidió silencio muy educadamente. A los pocos segundos repitió el pedido, pero con un tono un poco más elevado. Pero, lejos de hacer caso, todos siguieron gritando.
Fue entonces cuando, totalmente harta de no poder dar el veredicto del concurso, la rubia pareció ser poseída por el demonio. Miró a la audiencia y, gritando como desaforada, lanzó: “Fucking shut up” (cierren el culo).
Luego de lograr un silencio sepulcral, el rostro de la conductora se transformó de nuevo, agradeció que le hayan hecho caso y continuó con el show, como si nada hubiera pasado.