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Instrucciones para repartirse un marido

Un bígamo falleció hace casi veinte años pero, recién ahora, podrá descansar en paz.
Viernes, 27 de marzo de 2009 a las 07:01
Por Germán Campisi
La ley es clara. Las líneas de la constitución establecen en forma fehaciente la monogamia sobre estas latitudes pero, claro, es Argentina. Hecha la ley, hecha la trampa. Y si no, se negocia una salida prolija. Así ocurrió en La Plata tras el fallecimiento de J.R.U. (sólo sus iniciales fueron dadas a conocer), respecto de la pensión para con sus dos mujeres.

El hombre -ex empleado de la Administración de Obras Públicas- murió en junio de 1990, casi veinte años atrás, sin embargo la sentencia acaba de ser corroborada: la salomónica resolución de repartir su pensión en partes iguales entre sus dos mujeres.

Una vez producido el deceso, cada una de sus parejas comenzó en forma independiente con los trámites pertinentes en el Instituto de la Prevención Social invocando su condición de concubina, en aparente matrimonio, durante más de cinco años. Al cabo de 365 días, el organismo le otorgó el cien por cien de los beneficios a una de ellas.

Disconforme, la tercera en discordia mantuvo latente la pelea por los que entendía como "sus" derechos y, tras la feria judicial veraniega de 1994, logró su cometido, a medias. La corte decidió dar marcha atrás con la primera sentencia. La revocó y generó una nueva, mediante la cual le otorgaba la mitad de la pensión a cada mujer.

La mayoría de jueces de la Corte (Daniel Soria, Héctor Negri, Luis Genoud y Juan Carlos Hitters) dieron por probado la convivencia de J.R.U. con ambas mujeres en forma simultánea. Aunque coincidieron que era un caso "atípico", al no estar previsto en las leyes locales, decidieron realizar una aplicación analógica del artículo 34 del decreto-ley 9650-80, que divide la pensión en partes iguales entre la cónyuge y la conviviente en ciertos casos específicos.

El difunto, que arrastraba un divorcio desde 1959 de su primer y único matrimonio legal, repartió sus días en un interminable ir y venir en un trayecto inferior a las 20 cuadras. Según alegaron las viudas, J.R.U. vivió con ella durante los últimos diez años; mientras que la segunda la triplicó: demostró que su comunión comenzó en la década del '60 y nunca jamás se interrumpió.