Ante las torturas a las que son sometidos, una artista y proteccionista inglesa aplicó sobre su propia persona los experimentos por los que atraviesan muchos animales. La principal diferencia radica en que la artista, tras la presentación y las torturas, regresó a su casa. Los animales, luego de servir a la ciencia o la cosmética, son sacrificados.
Jaqueline Trade, se sometió durante diez horas en vidriera en una famosa calle de Inglaterra, a los experimentos que sufren los animales en los laboratorios de todo el mundo. La joven fue conectada a electrodos, fue inyectada varias veces, hasta que su brazo sangro; fue rapada en una parte de su cabeza, se le sujetaron dos ganchos a la boca para obligarla a que la tenga abierta y se la obligó a tragar comida, luego se le aplicaron líquidos irritantes en sus ojos, y se la arrastro con una cuerda.
Miles de compradores, y turistas estaban horrorizados con la escena, filmaban, tomaban fotos y llamaban a sus conocidos. El horror era parte de un espectáculo, aun cuando el mismo horror viven los animales de laboratorio sin que a nadie sorprenda.
26 de abril de 2012