“En un año la carne percibió un aumento del 300 por ciento”, aseguró Pedro Busetti, titular de DEUCO (Defensa de Usuarios y Consumidores ) a 24CON. Así, por ejemplo, el asado de novillo pasó de 8,55 a 25 pesos, la nalga saltó de 8,79 a 29 pesos y el vacío de 9,70 a 30 pesos.
“En 2008 se había llegado a un acuerdo entre el Gobierno, productores, frigoríficos y grandes supermercados para que 13 cortes de carne y el pollo (que pasó de 5,10 a 10 pesos) conserven un precio accesible, a cambio de subsidios. Pero la voracidad, el egoísmo e insensibilidad de estos sectores produjeron la suba, pese a los subsidios estatales que continúan embolsando. El sector avícola recibió 600 millones de pesos durante 2009”, detalló Busetti.
“A este sector aliado (matarifes, supermercados, productores y frigoríficos) lo único que le interesa son las ganancias y muy poco el consumo interno. La estrategia que persiguen es que los argentinos paguen precios internacionales, para lograrlo, atacan el mercado interno”, agregó.
En ese sentido, indicó que “en 2009 los argentinos llegamos a consumir 70 kilos por año per cápita gracias a los precios accesibles que había logrado establecer el Gobierno. Pero, ahora, para el 50 por ciento de la población del país, que permanece por debajo del salario mínimo, es imposible comprar carne”. El dato preocupa a Busetti ya que “la baja de consumo de carne está ligada a la desnutrición”.
“Con estos precios sólo un sector tiene acceso a la carne, ya que la canasta básica está rondando los 3.800 pesos. Con esto, a los más humildes les queda comer fideos, salchichas, etc.”.
Asimismo, el titular de DEUCO consideró que en la suba de precios “si bien está vinculado a la estrategia de los empresarios, también tiene responsabilidad el Gobierno. El hecho de que el kilo de carne esté 30 pesos demuestra que sus políticas económicas fracasaron”, sentenció.