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El combo de atractivos turísticos se completa con los restaurantes, pizzerías y parrillas dedicados a almuerzos y cenas inolvidables. Combinando los atractivos, el hotel La Guarida busca destacar y transformarse en el destino elegido dentro de Capilla del Monte.
La Guarida es un hotel de tres estrellas, con habitaciones independientes destinadas a parejas pero que destaca por su cocina y por su “carta cantada”. Federico Schiraldi, dueño y chef de La Guarida, contó a 24CON los secretos de su hotel. “Trabajamos con experiencias, no es un hotel de paso, para que la gente simplemente se aloje”, explicó.
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“Las experiencias son de toda índole, pero por sobre todas está la gastronómica”, destacó Schiraldi quien ostenta el podio de las diez mejores cocinas de la Provincia de Córdoba según las críticas del diario La Voz del Interior. Además obtuvo el certificado de excelencia hotelera brindado por TripAdvisor, que se basa en las recomendaciones y puntajes otorgados por los huéspedes. Lo que lleva a que La guarida esté completa durante los fines de semana, y durante la semana sea elegida por su cocina.
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“Son doce habitaciones en total. Cuenta con un pequeño spa, pileta climatizada, y un dojo de meditación que se usa mucho los fines de semana para que la gente haga yoga o trabajos de sol; y vamos a instalar un micro cine, para que si te toca un día feo tengas actividades para hacer”, completó.
La recepción está colmada de portarretratos. Actores, deportistas, músicos, y otros famosos se muestran disfrutando el confort de La Guarida; desde Fabiana Cantilo, Micaela Breque, y Marcelo De Veliz, a Javier Calamaro, Juan Manuel de la Sota y Susana Romero. La guarida es un destino elegido más allá de los propios atractivos de Capilla del Monte.
La cocina
El hotel se encuentra ubicado en el faldeo del cerro Las Gemelas, dos picos iguales que acompañan al Uritorco de cara a la ciudad. La belleza del lugar, la tranquilidad de La Guarida y las actividades de confort ofrecidas son solo superadas por la oferta gastronómica. El hotel cuenta con “Carta cantada”, es decir, no existe un menú donde elegir qué comer, sino que el propio chef se sienta a la mesa de los huéspedes, les cuenta qué cocinó y los ayuda a elegir qué degustar. “Yo como chef me acerco a la mesa, sean 10 o 15 mesas, y les digo qué preparé. Y vos elegís entre esas cosas lo que querés comer. No tenemos una carta, porque en un restaurant es imposible que no haya comida marcada y guardada, sino no podrían dar abasto con semejante cantidad. Acá en mi casa no. Por ejemplo, tengo tres pastas, ñoqui, fideos cinta amasado a mano y una pasta ‘triangulare’, grandota rellena de borraja, ricota y un toque de limón. No tengo una variedad de 20 pastas, tengo tres pero es fresca, casera y por eso no te va a caer mal”, explicó Schiraldi.
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“Trato de que en mi restaurante se coma nada de forma tradicional. Me encanta la ensalada rusa, pero en 12 años nunca saqué una ensalada rusa, nunca saqué una milanesa ni una papa frita. No tengo absolutamente nada contra eso, pero trato de hacer comidas que se diferencien y en otra parte no existan. El jamón de ciervo lo preparo yo. De una manera especial, sumergido en vino tinto y es una entrada tradicional de mi lugar. Hacemos hongos rellenos de una forma que tampoco los encontrás en otro sitio. Siempre en las mesas les digo, la culpa de todo esto es sólo mía. Se hace todo, desde los helados, las salsas. Todo acá y de forma casera, no hay nada comprado. También trabajo mucho con animales exóticos, como caimán y yacaré. Pescado que en muchos lugares lo nombran como merluza negra, pero es mentir, es bacalao pero que no pasa por el proceso del salado. Es bacalao fresco, carne blanca, sin nada de espinas. Los postres son todos nuestros, trabajo con frutas exóticas, como el casis”, ejemplificó el chef.
“La hotelería tiene que vender experiencias, no habitaciones. Si el hotel vende experiencias, el defecto en la habitación se olvida. Pero si no tiene experiencias, le encuentran el pelo al huevo. Yo sé que puedo tener falencias, como le pasa a todo, pero yo estoy acá, charlo con una mesa, con la otra, les cocino rico, terminamos el fin de semana brindando con champagne. Si vos tuviste que pedir que te cambien algo, te olvidas”, finalizó Federico Schiraldi.
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La Guarida es un destino especial, donde la tranquilidad es parte de los servicios ofrecidos y el silencio acompaña a los visitantes que pueden disfrutar de la cocina, el spa, la pileta o la intimidad de la habitación, siempre a la sombra del Uritorco y Las Gemelas.
31 de octubre de 2014
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