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Se hizo justicia

Jueves, 07 de agosto de 2008 a las 17:47
Por Germán Campisi
Alguna de las tantas veces que nuestro fútbol se vio interrumpido por una de las tantas grescas, que se transformaron a lo largo del tiempo en una imagen tan común en las canchas como ver entrar la pelota al arco, la AFA actuó como correspondía.

El 20 de agosto de 1950, en Parque de los Patricios se armó la gorda. Jugaban en el Palacio Ducó, el local, Huracán, y Vélez. Ganaba el Fortín y el duelo se moría, los Quemeros, malos perdedores, no toleraban una caída en casa.

Entonces, a poco del final, cuando el cronómetro marcaba los 40 minutos y el 1-3 era irremontable, los jugadores fueron al frente pero no con la pelota en los pies. A trompada limpia señor. Enredado entre esos 22 futbolistas desorbitados, el árbitro inglés Meade decidió suspender el cotejo.

Llamativamente, esa decisión fue convalidada por la Asociación de Fútbol Argentino que, en sus primeros años de existencia, hacía las cosas en forma correcta. Lo propio hizo el Tribunal de Disciplina de dicho organismo, y suspendió a todos los protagonistas del accidentado partido. Nada de apelaciones. A pagar la condena, qué tiempos aquellos.