La casa antes de ser demolida. |
El terreno, recientemente fue arrendado por una conocida firma de colchones, sabanas y acolchados que tiene su local justo al lado de la antigua casa, con el objeto de extender el negocio y hacer un parque con estacionamiento para los clientes. Los vecinos del barrio, apenas se enteraron de la noticia, intentaron manifestarse para oponerse, pero no lograron impedir la demolición.
“Cuando supe que a esa casa la iban a tirar abajo me dio mucha pena, es de 1870 y se levantó con materiales del Ferrocarril Central Argentino que acababa de llegar a la estación Martínez, cuando toda la zona era una inmensa pampa”, contó a 24CON Julio César, un vecino de la zona.
El hombre, que tiene 93 años y vivió toda su vida en Martínez, hizo todo lo que tenía a su alcance para que conserven la casa: “Cuando yo entendí que la iban a tirar abajo, me dio mucha pena y pensé ‘¿Por qué no se hace algo para que quede y tengamos a la vista la historia de ayer y hoy?’ Es una pena que la tengan que tirar”, expresó Julio César.
Esa casa representaba la historia del barrio para los habitantes del norte del Conurbano. Hace 140 años “llegaba el tren, era una muestra del gobierno de ese momento y de los ferrocarriles que llegaban hasta San Isidro, y le daba progreso a toda esta zona. Ahora es una inmensa ciudad, esta poblada de gente, se hicieron industrias. Esa casa era la muestra de lo que era la argentina colonial, en contraste con lo que es el país ahora”, explicó el hombre de 93 años a 24CON.
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“La casa era muy linda, y la mantenían en buen estado. Siempre venía una señora a limpiarla y a tener bien la vereda de la casa”, aseguró una vecina que vive enfrente del terreno.
Vecinos como Julio César, quisieron oponerse a la medida e intentaron hablar con los dueños de la casa pero la respuesta fue negativa, y de la noche a la mañana las máquinas dejaron el lugar hecho escombros.
“El dueño es un muchacho joven y todos dicen que si me hubiera escuchado a mi, hubiese cambiado de opinión. Mi idea era dejar la cáscara de la casa, reciclarla y formar en un salón para utilizarla con fines turísticos, y didácticos también para las escuelas, para hacerles comprender a los chicos como era esto y como fue el cambio, la evolución de la vida, porque el lugar es emblemático”, afirmó el vecino.
Sin embargo, nada pudieron hacer y en este momento el terreno está siendo preparado para construir un jardín y un estacionamiento. De la casa no quedaron rastros, sólo escombros, mientras que el comercio lindero prepara su extensión.
“Ahora quedan fotos nada más, me siento frustrado porque pretendí que se conservara ese hito de lo que era San Isidro, es una pena”, concluyó Julio César.
Fotos: Cristian Ugalde
2 de agosto