Emilio López Frugoni -para quienes no viven en Mendoza- es una persona desconocida. Su nombre y su imagen pasa inadvertida. Podría caminar sin problemas por el Obelisco (si no hubiese una pandemia que nos obliga a estar en cuarentena por el AMBA), y nadie lo reconocería. Sin embargo, si se lo menciona en la tierra del buen vino, acompañado de la palabra Penitentes, todo cobra otra relevancia. Salta automáticamente a la memoria de la gente. Esa popularidad se forjó después de más de tres décadas, de un negocio familiar próspero, que se esfumó de manera abrupta y escandalosa, por obra y acción de una persona: Alfredo Cornejo. Todo terminó en la Justicia, donde el ex Gobernador, un grupo de funcionarios de su propio gobierno y empresarios locales están denunciados, por una maniobra inescrupulosa, para quedarse con su empresa.
-¿Cuál fue la idea de Cornejo y compañía para sacarles Penitentes?
-La idea de Cornejo fue robarse la empresa, para luego hacer negocios. Él, su hijo y sus amigos. Jorge Pérez Polo, un lobista que tiene un pequeño parque de nieve, le metió la idea de hacer una pequeña Andorra. El ex Gobernador utilizó todos los mecanismos del Estado para ver cómo nos quitaba la concesión, que la teníamos asegurada -entre comillas- porque habíamos cumplimentado todas las cuestiones de la ley. Buscó artilugios jurídicos que se los hizo redactar a su equipo, y sacó un decreto de no renovación de la concesión. Básicamente, lo hizo para hacer negocios con su familia y sus amigos.
- ¿Quiénes fueron los ideólogos y los ejecutores de la maniobra?
-La idea la llevó Jorge Pérez Polo y su socio, que son los dueños del centro de esquí Los Puquios (un pequeño parque de nieve que está ubicado a 10 km de Penitentes). Le llevaron al gobernador el contacto de la empresa andorrana, y empezaron a hacer lobby en el Ministerio de Turismo de la Provincia. Convencieron a la Ministra, Gabriela Testa, actual Diputada. Junto a ella siempre estuvo Marcelo Reinoso, pero también colaboraron todos los funcionarios del gobernador que aportaron lo suyo para que esta idea cuadre. Primero con el Decreto de fin de la concesión, y luego "expropiar" las tierras que eran propias de la empresa, con una ley escandalosa, promulgada entre gallos y medianoches, que les permitía volver a llamar a otra concesionario, que casualmente iban a ser ellos mismos.
-Parece raro que nadie pudiese frenar a Cornejo. ¿Cuál era su verdadero poder durante su gestión en la Provincia?
-Él se encargó de tomar todos los estamentos del Estado cuando llegó al poder. Hacía todo de manera muy déspota y le tenían miedo. Tenía mayoría en la Legislatura y hacía cualquier cosa. Desde el 4° piso de la Casa de Gobierno, donde estaba su despacho, levantaba el teléfono y todos acataban. La oposición poco y nada podía hacer, y quedó demostrado con el tema Penitentes. Después, la injerencia de Cornejo en la Justicia fue permanente: puso dos de los seis Ministros de la Corte. Puso a Dalmiro Garay, el mismo que redactó el Decreto para que Cornejo nos quitara la concesión, y a José Valerio. Cornejo tenía -y tiene- mucho poder en Mendoza. Ahora está perdiendo un poco de todo eso, pero la mayoría -en la Legislatura- la sigue teniendo. Y eso no es todo, también nombró a Alejandro Gullé, como Jefe de los Fiscales.
-¿Crees que parte de tu propia familia los ayudó con la maniobra?
-Nadie de mi familia ayudó para idear esto. Ni la parte que tenemos disidencias. Teníamos un problema societario interno y nunca se imaginaron que iba a llegar a este punto. Tuvimos problemas societarios, es real, pero nadie quiso que todo terminara de esta manera. A veces, en las empresas familiares, hay diferencias, pero todo puede continuar funcionando. Son cosas diferentes.
- ¿El actual Gobernador se reunió en algún momento con ustedes para tratar el tema?
-Rodolfo Suárez nunca se reunió con nosotros, pero envió una intermediaria, a la actual Ministra de Turismo Mariana Juri, a concretar una reunión con nosotros, porque estaba muy preocupado por el tema. Cornejo le dejó esta -y muchas otras- papas calientes: endeudamiento, la Ley 7722 (que favorecía a la Minería) y que generó un revuelo importante acá en Mendoza. El actual gobernador heredó muchos funcionarios que le dejó Cornejo. Suárez es un tipo sencillo, no es maquiavélico como Cornejo.
Emilín, como lo conocen sus amigos, se crió al ritmo que su padre gerenció y puso en valor el centro de esquí mendocino, que se fundó para competir con los mejores del país. "Mi viejo gastó 10 millones de dólares en 1980, para abrirlo. Vendió sus acciones de la empresa Petersen (la que hoy es propiedad de la familia Eskenazi y es una de las más importantes del país), y gastó todo lo que tenía en abrir ese viejo sueño de tener un centro de esquí en Mendoza", dice del otro lado con una voz orgullosa, uno de los hijos del ex concesionario, que durante la gestión de Cornejo fue expulsado de su negocio.
El mismo líder radical que sale todos los días -por diferentes medios- a condenar la iniciativa del Gobierno nacional de intervenir Vicentin, hizo lo mismo en Mendoza y sin ningún fundamentos legales. "La provincia nunca nos prestó un mango, ni en las peores temporadas", agrega Frugoni a este medio, y revela la protección o miedo que hay en Mendoza contra el poder que -desde las sombras- ostenta Cornejo. El ex jefe provincial no tenía argumentos para "expropiar" Penitentes. Su administración no era acreedora del centro de esquí, ni había otorgado créditos millonarios de la Banca pública. Tampoco había contado con la complicidad o el silencio de las mismas autoridades, que tenían que analizar el patrimonio de la empresa, tal como pasa con la cerealera santafesina, pero igual lo hizo.
-¿Cómo está hoy el centro de esquí?
- Es un espanto. Entre las dos intervenciones se robaron todo. Fue vandalizado y saqueado varias veces, y quedó muy destruido. Nuestro deseo es volver a ponerlo en pie, pero va a requerir mucho tiempo y dinero, que la compañía no lo tiene. Nosotros cumplimos todos los pasos legales para que nos renovaran la concesión, y nos están entregando la empresa en estado calamitoso. La entregamos en buenas condiciones, y hoy está arrasada.
"Confío que en algún momento, tanto Cornejo como todos sus funcionarios -que formaron parte de esta estafa escandalosa-, van a tener que dar explicaciones ante la Justicia. La gente en Mendoza comienza a darse cuenta quiénes son, y las cosas van saliendo a la luz", agregó Emilio, quien a la hora de comparar su caso con el de Vicentin, resume: "Hay analogías, pero no son comparables. Los justificativos para la expropiación son muy distintos. En nuestro caso, fue una canallada. Me parece que Vicentin le debía más de U$D 1000 millones a los bancos, y es una empresa de utilidad pública, y la misma Ley de Quiebras ampara al Gobierno".
LA VUELTA A CASA
En las últimas horas -y previo a que se publicara esta nota- Emilio le confirmó a 24Con que el próximo martes podrá volver a su viejo lugar de trabajo. "Voy a subir con un oficial de Justicia, abogados y escribanos, porque me van a restituir la Presidencia de Penitentes", relata.
Y automáticamente aflora el miedo a lo que va a encontrar: "Seguro estará igual que una ciudad arrasada. Va a ser muy duro para mí ver eso, y me voy a poner a llorar por el estado en que dejaron todo. Me van a acompañar ex empleados, y será un momento muy duro para todos", señala, aunque confirma que presentarán una denuncia ante la Justicia por el deterioro de todas las instalaciones.