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Una madre y sus dos hijas dejaron encerrada a su perra en un pequeño cuarto durante varios días sin darle de comer y sin limpiar hasta que, desesperada, el can terminó por comerse la cuna donde dormía y casi muere atragantado.
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Diane Martin, de 55 años, Amy Martin, de 21 años, y Chloe Martin, de 22 años, fueron las responsables de mantener cautiva a Akita, una Staffordshire bull terrier, en una mugrienta habitación de su humilde casa ubicada en Tottenham.
Alertada de la trágica situación por los vecinos, la inspectora Virgina Ross visitó el hogar para evidenciar el estado del animal y comprobó que Akita no sólo dormía sobre sus heces sino que hasta terminó por comerse la cuna de plástico y goma espuma donde dormía.
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Chloe le dijo al Ross que el perro había pertenecido al ex novio de su hermana y que él la había dejado con ellos. Por su parte, el fiscal Mark Jones dijo que la intención de la familia era vender el animal antes de que fuese encontrado por la inspectora.
Un veterinario forense examinó a la mascota y encontró que pesaba sólo 5,7 kg - casi la mitad de su peso corporal normal. Ahora pasa sus días en un internado municipal para animals, hasta que alguien lo adopte.
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21 de enero de 2013