El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, echó al jefe y al subjefe de la Policía de la Ciudad, tras el escándalo por la fuga de 17 presos en una alcaidía de Liniers.
Los presos hicieron un boquete de 30 centímetros en la pared de ladrillo hueco que da a un patio interno de la Alcaidía Comunal 9, ubicada en Gana al 400, y escaparon.
Estaban alojados en dos pabellones donde fue hallado un hierro del tipo punta. A ese sector acceden los reclusos para colgar su ropa. Se cree que como había sabanas y colchones, eso dificultó la visión de las cámaras de monitoreo. Un dato: la dependencia tenía solo cuatro policías para custodiar a 58 internos.
Tras reunirse con el ministro de Seguridad, Waldo Wolff, Macri decidió remover a la a actual cúpula policial: el jefe y subjefe de la fuerza, Pablo Kisch y Jorge Azzolina, serán reemplazados por el comisarios generales Diego Casaló y Carla Mangiameli respectivamente.
Además, se pusieron en marcha una serie de acciones y medidas tendientes a esclarecer la fuga. En este sentido, se está trabajando con el Fiscal General, Juan Mahiques, para realizar una investigación exhaustiva al interior de la fuerza para determinar responsabilidades. Asimismo, la División Unidad Táctica de Intervenciones en Alcaidías (DUTIA) está trabajando intensamente con requisas y profundizará los controles.
En paralelo, los Ministerios de Seguridad de la Ciudad y de la Nación, a través de la Policía Federal, están trabajando mancomunadamente en la búsqueda de los evadidos.