Guerra de humor: Casero "se la agitó" a Sin Codificar

A punto de debutar en El Trece con la nueva tira de Pol-ka, Farsantes, Alfredo Casero explicó por qué los canales sólo lo llaman para actuar en ficciones y no para que tenga un nuevo programa humorístico.

"En la tele no podría hacer el humor que yo quiero. Es la verdad. Y un poco se me van las ganas. Tendría que volver a explicar, a pedir, aguantar que a alguien le caiga mal, besarle la mano a uno, al otro. Lo lamento por la gente. pero... es raro que no me llamen para hacer humor en TV", lanzó.

Casero criticó a Pettinato y después pidió disculpas. ACÁ.

Además, aseguró que su caso no es el único. "Nosotros somos como un virus. Fabio (Alberti), Mex (Urtizberea). A todos los que laburaron conmigo les fue bien. Es lo único que me hace feliz. Que les vaya bien me parece bárbaro", destacó al diario Muy.

Casero contó que mira poco los programas de humor que hay en la televisión. "Me da pena ver a quien no me hace reír, y en un lugar que podría ocupar otro, inclusive yo. Hay humoristas que dan pena. Y también me duele darme cuenta de que ése es un lugar que yo estoy dejando libre", opinó.

En tanto, se refirió a "Peligro Sin Codificar", el exitoso ciclo que este año pasó de América a Telefe: "Yayo es impecable. Nunca tuve miramientos en decir lo que pienso. A ver, no nos hagamos los boludos. Vos mirás Sin Codificar, ponele, y ves cosas que decís: 'estos pibes no pueden nada', 'estos no'... Pero siempre en un programa hay muchos que no tienen que hacer reír, que están al pedo".

En ese contexto, aseguró que no se sumaría al ciclo que conduce Diego Korol. "Yo ya vendí demasiado. Ahora me tienen que hacer reír a mí. Les dí todo lo que pude, incluso más. Por ejemplo, sabía que no tenía que hacer un programa, y terminé en la noche de El Trece (A todo culor, en 2006). Y al final me fui a la mierda", dijo.

Finalmente, dejó abierta la posibilidad de volver a trabajar con sus excompañeros de Cha Cha Cha o incluso con algunos ex del clan Tinelli, aunque hoy por hoy no está convencido. "Las dos cosas me parecen lejanas. pero uno nunca sabe. Cambio muy rápido de idea, y me encanta. Nunca nadie sabe qué mierda voy a hacer", concluyó.