Vicente López
Es autista y sus dibujos le salvaron la vida
Giuseppe vive en Florida y realizó más de 40 cuadros. Su mamá contó a 24CON cómo se comunica a través del arte.
Giuseppe Mellino tiene 25 años, pero ya cuenta con más de 40 pinturas en su haber, muchas de las cuales se presentan hasta el 29 de abril en una exposición en Vicente López, donde reside. Aunque el gran trabajo que realizó a su corta edad habla por sí solo, su importancia es mucho mayor si se tiene en cuenta que le permitió encontrar la forma de comunicarse con el mundo y cambiar por completo su destino.
El artista nació en Nápoles en 1985, pero una lesión en el nervio auditivo, sumada a la incomprensión de quienes debían ayudarlo, le derivó en una forma leve de autismo. “Durante el parto, Giuseppe sufrió una asfixia y perdió la audición. De chico hizo rehabilitación para aprender lectura labial porque, en esa época, en Italia no estaban de acuerdo con el lenguaje de señas, y les pegaban a los sordomudos que lo usaban. Pero él no podía leer los labios, y ahí se encerró en si mismo”, cuenta su mamá, Estela, a 24CON.
Como el tratamiento no funcionaba y su hijo estaba “cada vez peor”, Estela decidió abandonar el país en el que vivió durante 12 años – había llegado a Nápoles a los 17 y se había casado allí – para volver con su familia a la localidad bonaerense de Florida Oeste. “A diferencia del sur de Italia, acá estaban muy desarrollados en medicina. Hasta el momento, nadie me había dicho que mi hijo era autista”, explica.
El diagnóstico se lo dieron en el instituto Fleni de Buenos Aires, cuando Giuseppe tenía 14 años. Así, lo derivaron a terapia psicológica y a aprender – finalmente – la lengua de señas. “De a poquito pudo salir, empezó a interesarse por lo que lo rodeaba”, recuerda la mamá.
Fue en terapia donde le surgió la inquietud de expresarse a través del dibujo. “La psicóloga vio que tenía mucha facilidad para pintar y que, cuando no podía expresarse solo, plasmaba lo que quería decir dibujando. Por eso me recomendó mandarlo a estudiar arte”, relata. Primero, Giuseppe dio sus primeros pasos con la artista plástica Mariela Nadborny, pero su capacidad pudo desarrollarse del todo en el Taller Bermellón, de Andrea Suken y Milca Ronzoni, en Almagro.
“Las profesoras son magnificas. Pudieron llegar a él y le permitieron explotar al máximo el esplendor de colores y técnicas”, asegura la madre. El joven se decidió a trabajar principalmente con acrílicos sobre tela, aunque también aplica la técnica mixta en algunos de sus cuadros, siempre con muy buen manejo de colores, que transmiten “mucho movimiento y alegría”.
Desde que encontró su oficio, Giuseppe aprendió a expresarse a través del arte, como una alternativa al lenguaje gestual. “Gracias a la pintura se calmó y cambió. Hoy está muy integrado, contento, trata de hacer más contacto con la mirada. De chico era inmanejable, no tenía pautas sociales. En cambio, en la inauguración de la muestra en Vicente López, fue todo un señor”, se enorgullece Estela.
Esta no es su primera exposición. En diciembre de 2009, también en su distrito, fue protagonista de otra, y antes hacía algunas más pequeñas en el primer taller del que fue alumno. “Todas fueron un éxito. Jamás pensé que mi hijo pudiera lograr lo que logró”, dice la mamá.
Además, Giuseppe asiste desde hace cinco años a un centro de día, la Asociación Educadora Ita Wegman de Del Viso, en el partido de Pilar, lo que para Estela es “milagroso” porque allí está muy contenido y tiene varios amigos.
La muestra de Giuseppe Mellino continúa hasta el 29 de abril en la Casa de la Cultura de la Municipalidad Vicente López (Ricardo Gutiérrez 1060, Olivos) y se puede visitar de lunes a viernes de 8 a 17, con entrada libre y gratuita.
El artista nació en Nápoles en 1985, pero una lesión en el nervio auditivo, sumada a la incomprensión de quienes debían ayudarlo, le derivó en una forma leve de autismo. “Durante el parto, Giuseppe sufrió una asfixia y perdió la audición. De chico hizo rehabilitación para aprender lectura labial porque, en esa época, en Italia no estaban de acuerdo con el lenguaje de señas, y les pegaban a los sordomudos que lo usaban. Pero él no podía leer los labios, y ahí se encerró en si mismo”, cuenta su mamá, Estela, a 24CON.
Como el tratamiento no funcionaba y su hijo estaba “cada vez peor”, Estela decidió abandonar el país en el que vivió durante 12 años – había llegado a Nápoles a los 17 y se había casado allí – para volver con su familia a la localidad bonaerense de Florida Oeste. “A diferencia del sur de Italia, acá estaban muy desarrollados en medicina. Hasta el momento, nadie me había dicho que mi hijo era autista”, explica.
El diagnóstico se lo dieron en el instituto Fleni de Buenos Aires, cuando Giuseppe tenía 14 años. Así, lo derivaron a terapia psicológica y a aprender – finalmente – la lengua de señas. “De a poquito pudo salir, empezó a interesarse por lo que lo rodeaba”, recuerda la mamá.
Fue en terapia donde le surgió la inquietud de expresarse a través del dibujo. “La psicóloga vio que tenía mucha facilidad para pintar y que, cuando no podía expresarse solo, plasmaba lo que quería decir dibujando. Por eso me recomendó mandarlo a estudiar arte”, relata. Primero, Giuseppe dio sus primeros pasos con la artista plástica Mariela Nadborny, pero su capacidad pudo desarrollarse del todo en el Taller Bermellón, de Andrea Suken y Milca Ronzoni, en Almagro.
“Las profesoras son magnificas. Pudieron llegar a él y le permitieron explotar al máximo el esplendor de colores y técnicas”, asegura la madre. El joven se decidió a trabajar principalmente con acrílicos sobre tela, aunque también aplica la técnica mixta en algunos de sus cuadros, siempre con muy buen manejo de colores, que transmiten “mucho movimiento y alegría”.
Desde que encontró su oficio, Giuseppe aprendió a expresarse a través del arte, como una alternativa al lenguaje gestual. “Gracias a la pintura se calmó y cambió. Hoy está muy integrado, contento, trata de hacer más contacto con la mirada. De chico era inmanejable, no tenía pautas sociales. En cambio, en la inauguración de la muestra en Vicente López, fue todo un señor”, se enorgullece Estela.
Esta no es su primera exposición. En diciembre de 2009, también en su distrito, fue protagonista de otra, y antes hacía algunas más pequeñas en el primer taller del que fue alumno. “Todas fueron un éxito. Jamás pensé que mi hijo pudiera lograr lo que logró”, dice la mamá.
Además, Giuseppe asiste desde hace cinco años a un centro de día, la Asociación Educadora Ita Wegman de Del Viso, en el partido de Pilar, lo que para Estela es “milagroso” porque allí está muy contenido y tiene varios amigos.
La muestra de Giuseppe Mellino continúa hasta el 29 de abril en la Casa de la Cultura de la Municipalidad Vicente López (Ricardo Gutiérrez 1060, Olivos) y se puede visitar de lunes a viernes de 8 a 17, con entrada libre y gratuita.