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¿Cuáles serán las estrategias de defensa del empresario?

Martes, 25 de agosto de 2015 a las 10:11


El empresario Fernando Farré deberá enfrentar a la Justicia por el asesinato de su esposa y madre de sus hijos, Claudia Schaefer. La fiscal que interviene en el caso, Carolina Carballido Calatayud, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Delitos Conexos a la Violencia de Género de Pilar, deberá determinar si, como insisten en decir los abogados de Farré, el acusado actuó bajo“emoción violenta”. Se trata de una figura contemplada en el artículo 34 inciso 1 del Código Penal vigente que podría garantizarle una baja en la condena.Para comprobar si la hipótesis de la emoción violenta es fundada o no, la fiscal ordenará en las próximas horas una serie de pericias psiquiátricas y psicológicas para establecer el estado de salud mental del empresario antes y después del crimen. Además, reconstruirá la escena en la que tuvo lugar el asesinato.“Es una vergüenza que persista en nuestro Código Penal la figura de `emoción violenta` como atenuante, debería ser derogada. Esa figura se puede considerar un derivado de otra que permitía, hasta comienzos del siglo XX, matar a la cónyuge infiel sin castigo alguno. En realidad, `emoción violenta` es una figura eminentemente jurídica y no tiene ningún correlato psiquiátrico concreto, es de una vaguedad absoluta”, señaló la escritora, periodista e integrante del colectivo Ni Una Menos Florencia Abbate.En diálogo con INFOnews, subrayó: “Es en verdad, como otras, un resabio de sociedades cuyos códigos legitimaban el sometimiento de la mujer. La prueba es que se la usa como comodín para atenuar las condenas en casos de femicidios y no en otro tipo de casos, por ejemplo, si un pibe chorro mata a un policía en medio de un asalto nadie esgrime que fue por emoción violenta: la supuesta `emoción` -algo que haya hecho perder al sujeto el dominio de su capacidad reflexiva y que sus frenos inhibitorios estén disminuidos- se considera un atenuante pero sólo para algunos privilegiados, como los hombres violentos".Y agregó: "Lo que se disculpa evidentemente es la violencia del hombre, se lo disculpa `un poco` de matar a la mujer porque se acepta que pueda haber sentido su `honor mancillado`, es decir, se lo `comprende`, de manera cómplice, se justifica la violencia machista implícita en las representaciones amorosas que nos brinda el sistema. Ni siquiera es necesario releer a Foucault para recordar que las figuras jurídicas no son nada `objetivo` sino una construcción que siempre sirve a determinados fines. En este caso, además, ya existía una denuncia previa de la víctima por violencia, o sea que ni siquiera puede hablarse de una reacción excepcional por parte de este asesino. Farré ya tenía antecedentes, hubo incluso una orden de `restricción de acercamiento, era un violento y aparentemente la atacó por la espalda, la mató con saña y alevosía. Sería descabellado que se aceptara cualquier tipo de atenuante.“A mi criterio, y a ojo de especialista en el tema, está claro que no están reunidas las características establecidas en el artículo 34 inciso 1 que es el que habla de emoción violenta”, consideró el abogado Julio César Torrada. Abogado penalista y especialista en violencia de género y abuso infantil, Torrada fue consultado por Schaefer al momento de presentar la primera denuncia contra su marido ante la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema, el 2 de agosto de este año.En una charla con Rosario Lufrano en Radio Rivadavia, explicó por qué cree que la hipótesis de la defensa es descabellada: “Porque hay muchos años de violencia atrás, porque él sabía perfectamente a lo que iba a Pilar y porque cuando pide hablar solo con ella va a la cocina, con los cuchillos, cierra la puerta. Todo esto da a las claras que no fue un acto de emoción violenta sino que hubo premeditación y alevosía. Creo que no va a tener cabida esto en la Justicia, que busca una reducción de pena, pero al ser femicidio agravado por el vínculo le corresponde reclusión perpetua”.El abogado constitucionalista Eduardo Barcesat se pronunció en el mismo sentido. En una entrevista con el periodista Juan Alonso para Tiempo Argentino, señaló: "Todo parece indicar que en este hecho hubo cierta previsión por parte del agresor. No es normal que un individuo vaya a encontrarse con su esposa y tome un arma blanca. Creo que está absolutamente descartada la emoción violenta”."Él tuvo conciencia del entorno y de los otros. O sea que no perdió sentido de lo real. Porque si cerró la puerta de ese ambiente con llave no actuó bajo emoción violenta", aportó por su parte el criminalista y especialista en homicidios, Enrique Prueger.La diputada nacional Victoria Donda también opinó sobre el caso que conmovió a la opinión pública y dijo que la ley que sanciona los femicidios prohíbe que se hable de emoción violenta en este tipo de casos. “No puede haber emoción violenta porque desde hace dos años nosotros discutimos la modificación del Código Penal y queda claro en el Código que cuando la muerte es de un hombre hacia una mujer los jueces no pueden establecer que es de emoción violenta. ¿Y por qué tuvimos que discutir esto? Porque, lamentablemente, la mayoría de las causas donde había femicidios los jueces las catalogaban de emoción violenta, no a la inversa. Por machismo, machismo en la justicia”, planteó el viernes a la noche en el estudio televisivo de Intratables. Al momento de debatirse aquella ley en 2012, la ex diputada y autora del proyecto Cecilia Merchán, coincidía con Donda en que el nuevo enfoque excluye la posibilidad de pensar en ese atenuante: “Con la incorporación del femicidio al Código Penal, la emoción violenta no tendría lugar porque la violencia de género se incorpora como agravante, así como la racial”.El psiquiatra forense Alfredo Feijo afirmó por su parte que la emoción violenta “no es un diagnostico medico sino que es una potestad jurídica. Es decir, es algo que se utiliza para justificar o no una conducta penal. En psiquiatría forense suele utilizarse el concepto equivalente de emoción inconsciencia, que tiene varias condiciones: debe ser breve, cometida en pocos minutos. El que alega haber padecido ese término, debe haber cometido un acto breve y simple, no haber incurrido en conductas complejas que se prolonguen en el tiempo”.La psicoanalista y periodista Liliana Hendel, integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género en Argentina, fue contundente. En una entrevista con Radio Brisas de Mar del Plata, planteó: “Cuando mataste a tu mujer o ex mujer y antes cerraste con llave no es emoción violenta, lo tenés planificado y en el fondo tenés la convicción que no vas a estar mucho tiempo en la cárcel. Esto fue un femicidio, no un femicidio vip como lo ponen en algunos medios”.


Fuente: Infobae.